
Para quienes entramos al cine a tientas, siguiendo la luz de la linterna del acomodador, sin palomitas de maíz ni vasos de gaseosas gigantes; para quienes el cine era lo más cerca que podíamos estar de nuestros sueños, la música de Ennio Morricone constituyó -sin duda- una experiencia inolvidable. El prolífico compositor ya no estará más en los créditos de nuestras películas favoritas, pero seguirá encantando -sin duda- a los fanáticos del cine de todo el mundo.