
Aparecidas en el siglo XIX, las embarcaciones a vela denominadas “clíper” o “clipper” se caracterizaban por la alta velocidad que desarrollaban, gracias a sus velas de formas alargadas y estrechas, además de una hilera de mástiles.

Aparecidas en el siglo XIX, las embarcaciones a vela denominadas “clíper” o “clipper” se caracterizaban por la alta velocidad que desarrollaban, gracias a sus velas de formas alargadas y estrechas, además de una hilera de mástiles.

Una iniciativa científica a largo plazo que busca monitorear el océano chileno cada cinco años vivió un capítulo en Iquique. El velero Tara recaló en nuestro puerto a principios de mayo para compartir, en la medida de lo posible, con la comunidad. El barco investiga microorganismos oceánicos como bacterias, hongos y virus, así como algunos crustáceos, contaminantes emergentes como el microplástico, agentes patógenos, metales traza en el océano y el comportamiento de gases de efecto invernadero en continuo, entre muchas otras cosas.

Un estudio liderado por investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), publicado en la revista científica Plant Diversity, develó el origen evolutivo de esta planta y su estrategia reproductiva de imitar las flores de otra especie, atrayendo polinizadores más eficientes. El cactus endémico, en peligro crítico de extinción según criterios de la UICN, se enfrenta a grandes amenazas como la destrucción del hábitat por cambio en el uso del suelo como lo que ocurre con la expansión inmobiliaria. Por esta razón, investigadores promueven la urgente conservación de esta especie y los procesos que ocurren en este ecosistema litoral.

Romina Ramos es doctora en Ciencias Sociales y como tal señala que cuando hace un trabajo científico lo hace para “contribuir al territorio y donde a través de la evidencia se puedan tomar decisiones”.

Esta Ingeniera en Biotecnología, Magister en investigación farmacológica y Doctora en fisiología y farmacología, de la Universidad Autónoma de Madrid, vibra con la investigación. Y admite que llegó a la ciencia casi por casualidad.

Viajó a Chile para un curso de verano. Y se enamoró, en todos los sentidos. Después hizo un postgrado y terminó en Iquique, ciudad que le encanta pues le recuerda a su natal Cali. Una colombiana que hace ciencia e innovación en la Unap.

El desierto y la Antártica pueden parecer opuestos, pero para la científica iquiqueña, doctora en Ciencias Biológicas, mención en Microbiología, ambos territorios comparten una misma esencia: la resistencia. Desde los microorganismos que sobreviven a condiciones extremas hasta las mujeres que abren camino en espacios académicos, su historia combina investigación, arraigo y una mirada crítica sobre cómo se construye la ciencia desde contextos adversos.