
La crisis nos insta a vivir de otra forma: A 15 MINUTOS DE TODO
La pandemia nos ha obligado a repensar muchas cosas: las compras, la vida fuera de casa, la posibilidad del teletrabajo. Y a valorar el tiempo que ahorramos sin salir del hogar. En definitiva, a pesar del trauma que ha implicado el confinamiento, también se vislumbra (y se disfruta) una mejor calidad de vida. Quienes imaginaban vivir en una ciudad donde los servicios básicos como trabajo, salud, comercio, cultura y ocio estuvieran a menos de quince minutos de casa, han experimentado la realidad. Y les ha (nos ha) quedado gustando.