Aunque a todos nos enseñaron en el colegio que el pueblo chango se extinguió hace cientos de años, el reciente reconocimiento por ley de su existencia vino a cambiar un paradigma que se había sostenido por décadas. Una serie de investigaciones y artículos de prensa han mantenido el debate en torno del tema. Aquí va una muestra de los argumentos a favor y en contra de la tesis que triunfó en la Cámara de Diputados.
Un grupo de investigadores de la Universidad Bernardo O'Higgins, encabezados por Soledad González Díaz, viene recorriendo la región desde hace varios años para resumir -de alguna manera- 12 mil años de historia. Y, a través de un enfoque de “Big History”, prepara un material que dará cuenta de los procesos que hemos vivido en todo este tiempo, más allá del dato o del héroe de turno.
Con la respuesta afirmativa de la UNESCO, en mayo pasado, de que el Expediente “Asentamientos y Momificación Artificial de la cultura Chinchorro” y la confirmación de que había sido recibido sin observaciones, el proceso de postulación de esta cultura como Patrimonio Mundial avanza sin tropiezos. Desde hace varios años, la postulación de la Cultura Chinchorro como Patrimonio Mundial de la UNESCO ha relevado la importancia de este bien patrimonial más allá de las fronteras regionales.
Al primer golpe de vista, sobrecogen. Para muchos se trata de un encuentro con el pasado. Un viaje al año 1.500 dC, que se presenta ante los ojos del espectador en la figura de uno de los “Niños del Llullaillaco”, que se pueden observar en uno de los subterráneos del Museo de Alta Montaña de Salta, en una sala de criopreservación. A veintiún años del hallazgo que conmovió a la ciencia en el mundo entero, es oportuno conocer un poco más de esta historia.
Una cifra y un asombro: Chile tiene la mayor densidad de geoglifos del mundo y el 90% de ellos se ubican en nuestra Región. Mensajes de nuestros antepasados que requieren de conocimiento y preservación y que, en el caso de Pintados, aspiran a adquirir la categoría de Patrimonio Mundial de la Humanidad, en cuya postulación está trabajando la Fundación Geoglifos de Tarapacá. Es un camino largo, pero que vale la pena recorrer.
A través de mapas digitales, accesibles para todo público, se podrá conocer la presencia de bienes paleontológicos, así como la ubicación espacial de unidades fosilíferas. Información es clave para su protección oportuna en la planificación de proyectos de inversión.
Equipo encabezado por el director del Museo Regional, Luis Pérez Reyes, realizó el salvataje de un sitio hallado en forma fortuita por pobladores del sector. Podría tratarse, según se indicó, de cuerpos vinculados a algunos de los episodios sangrientos registrados en la región a fines del siglo XIX.
En el marco de los trabajos de construcción del Proyecto Quebrada Blanca Fase 2, 60 kilómetros al sur de la ciudad de Iquique, fueron encontrados restos humanos momificados, con sus ropas completas -incluidos turbantes y sandalias- de vivos colores y avanzada técnica de confección.
La pandemia nos ha obligado a repensar muchas cosas: las compras, la vida fuera de casa, la posibilidad del teletrabajo. Y a valorar el tiempo que ahorramos sin salir del hogar. En definitiva, a pesar del trauma que ha implicado el confinamiento, también se vislumbra (y se disfruta) una mejor calidad de vida. Quienes imaginaban vivir en una ciudad donde los servicios básicos como trabajo, salud, comercio, cultura y ocio estuvieran a menos de quince minutos de casa, han experimentado la realidad. Y les ha (nos ha) quedado gustando.
En épocas en que no existían los periódicos, celulares ni internet, la necesidad de transmitir información, ideas, conocimiento y prácticas, como parte de un contexto cultural específico, recayó en el arte rupestre, una inigualable manifestación simbólica y el medio de comunicación más antiguo de la humanidad.
Durante la Colonia, la explotación de la plata en Huantajaya fue en varios momentos el eje de la economía regional y fue considerado por los españoles como el Potosí del Pacífico. Rescatar del olvido esta importante historia es un gran desafío para Tarapacá y su gente. Es un imperativo aprender de ella, de sus luces y sombras, con su legado de sueños, riquezas y penurias que nutren nuestro desierto.
El Museo Regional de Iquique y sus proyectos para el periodo 2020-2021