Bacterias Amigas: Descubren Cómo Porotos y Arvejas Sobreviven al Estrés Salino en Chile

Científicos analizaron cómo dos legumbres que se consumen en Chile —Phaseolus vulgaris (poroto) y Pisum sativum (arveja)— pueden sobrevivir en suelos con exceso de sal, un problema creciente debido al cambio climático y el uso excesivo de fertilizantes.

Ciencia y Medio Ambiente03/08/2025 CEAZA
porotos 2

Imagine que cada vez que quiere beber agua, solo tiene disponible agua de mar. Una situación así es lo que enfrentan las plantas cuando crecen en sue­los salinos, situación que afecta cada vez más a las tierras agrícolas. En este sentido, los investigadores informaron que las plantas pueden sufrir estrés salino en cualquier ambiente, siempre que la concentración de los iones de la sal supere concentraciones de apro­ximadamente 50 mM (milimolar), que sería aproxima­damente 3 gramos de sal en un litro. 3 gramos de sal por litro (50 mM) puede no parecer mucho —es menos de una cucharadita—, pero para las plantas es como si sus raíces bebieran agua mezclada con el líquido de un encurtido.

“Hay ciertas condiciones que permiten suelos más salinos, como aquellos cercanos al agua de mar, y otros donde por efecto de técnicas de fertilización excesi­vas, permiten la acumulación de estos iones”, ilustra el doctor José Ortiz, investigador de la Universidad de Concepción.

La respuesta de las legumbres ante el estrés salino. El nuevo estudio reveló que estas dos legumbres, los porotos (Phaseolus vulgaris) y las arvejas (Pisum sati­vum), tienen estrategias para sobrevivir en condiciones extremas, gracias a ciertas bacterias del suelo que son capaces de fijar nitrógeno atmosférico (N2) (o nitróge­no del aire), siendo el más reconocido el género Rhizo­bium spp. “Los rhizobios captan el nitrógeno, el cual en parte es incorporado en los compuestos orgánicos de la planta. La planta lo utiliza como nutriente, per­mitiéndole crecer en suelos pobres en nitrógeno, y por ende, evitar el uso (excesivo) de fertilizantes”, indica el doctor Ortiz.

El nuevo estudio reveló que estas dos legumbres, los porotos (Phaseolus vulgaris) y las arvejas (Pisum sativum), tienen estrategias para sobrevivir en condiciones extremas, gracias a ciertas bacterias del suelo.

El doctor Teodoro Coba de la Peña, investigador de CEAZA, agrega que “estas bacterias fijadoras tienen la capacidad de establecer una asociación simbiótica con plantas leguminosas como alfalfa, soja, porotos, lentejas y otras”. Para realizar el análisis, se expusie­ron ambas plantas a altas dosis de sal (equivalente a 17 gramos por litro de agua) en una simulación del estrés salino. “Se utilizaron plantas de soja y de arveja, compa­rando plantas noduladas y no noduladas, y en cada caso comparando plantas estresadas con no estresadas. Los ensayos se realizaron en macetas en cámara de creci­miento”, indicó el investigador.

Porotos 1 Phaseolus-vulgaris

Phaseolus vulgaris – Plantasflores (Frau Doktor).

“Este riego se prolongó por 24 y 72 horas, y el material se cosechó a estos dos tiempos, para su posterior análisis. La novedad de hacer esto, era que si bien existen muchos trabajos donde se ve el efecto de la salinidad en plantas y rhizobios, no se había indagado en el efecto que tiene la presencia de rhizobio a nivel fisiológico en la planta du­rante la sequía, ni de cómo la respiración mitocondrial influiría en esta respuesta”, agrega el doctor Ortiz.

La arveja aguanta inicialmente, pero a las 72 horas su ca­pacidad de fijar nitrógeno colapsa. El poroto, en cambio, sacrifica parte de su producción de nitrógeno pero activa un sistema antioxidante para protegerse.

“Ambas especies de leguminosas son de uso agronómico, y en general el nivel de respuesta al estrés salino que ob­servamos sugiere que, en condiciones de campo, podrían tener una mayor tolerancia a la sequía que otras varie­dades, lo que permitirá su crecimiento en condiciones más áridas por ejemplo, o en suelos de menor calidad”, concluye el investigador.

Los porotos son muy nutritivos, y aunque muchos crean lo contrario son bajos en grasas y aportan minerales, vitaminas, proteínas, ácido fólico y otros nutrientes importantes. Por eso son alimentos recomendados para incluir en la dieta.


Propiedades nutritivas de los porotos y las arvejas

Los porotos son muy nutritivos, y aunque muchos crean lo contrario son bajos en grasas y aportan minerales, vitaminas, proteínas, ácido fólico y otros nutrientes importantes. Por eso son alimentos reco­mendados para incluir en la dieta, sobre todo de las personas vegetarianas que pueden utilizarlos como sustitutos de la carne en cuanto al nivel de proteí­nas.

Entre otros beneficios los porotos cuidan el corazón: contiene fibra que ayuda a regular los niveles de colesterol en la sangre, previniendo enfermedades cardiovasculares, mientras que contiene potasio, un mineral que regula la presión arterial y es re­comendado para hipertensos. Son antioxidantes: tienen propiedades antioxidantes que combaten los radicales libres que dañan las células, previniendo enfermedades degenerativas, el envejecimiento prematuro y algunos tipos de cáncer.

También ayudan a controlar el peso: los porotos dan sensación de saciedad, y evitan que se siga co­miendo por comer, mientras que contienen mucha fibra que no se digiere por lo que la mitad de sus calorías son evacuadas por el cuerpo ayudando a mantener el peso. Además son bajas en grasas y azúcares. Cuidan la salud ósea: los porotos contie­nen calcio, por lo que son buenos para mantener saludables los huesos y prevenir las complicaciones que se dan en ellos.

Refuerzan el sistema inmunológico: los porotos aportan vitamina C, nutriente que eleva las defensas del organismo reforzando el sistema inmunológico para combatir infecciones, virus y bacterias que in­gresan al organismo. Evitan la anemia: son ricos en hierro, mineral importante para prevenir la anemia, mientras que la vitamina C que poseen favorece la absorción del hierro por el organismo.

También favorecen el sistema digestivo: los po­rotos ayudan a proteger el sistema digestivo, por su contenido de fibra favoreciendo los procesos y evitando complicaciones como el estreñimiento, y protegen especialmente el colon, por ayudar a mantener la flora bacteriana estable. Son buenos contra la diabetes: su contenido de fibra ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, mien­tras que sus carbohidratos complejos, que son de absorción lenta, también favorecen en ese senti­do.

En tanto, las arvejas pertenecen a la familia de las legumbres y son muy ricas en proteínas, con un 20% a 25% de su composición de origen proteico. Es decir, por cada 100 gramos de arvejas, tene­mos 20 a 25 gramos de proteína. Por eso, se pre­sentan como una muy buena fuente para obtener proteína de origen vegetal. Esta proteína ha ido ganando terreno, especialmente entre vegeta­rianos y veganos, por su alto valor biológico, con una buena proporción de proteína y casi nada de grasa. Además, al ser hipoalergénica y no con­tener gluten, es una muy buena alternativa para personas con intolerancias alimentarias. Por otra parte, tiene un perfil de aminoácidos muy comple­to, los contiene casi todos y en alta cantidad. Sólo le falta cisteína y metionina, por eso se mezcla con proteína de arroz o de trigo que sí los contiene y así se forma una proteína completa.

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