
Variadas presentaciones, desde los niños de la escuela artística, hasta el profesionalismo de los músicos de la Orquesta Regional, dieron realce a la jornada.



Variadas presentaciones, desde los niños de la escuela artística, hasta el profesionalismo de los músicos de la Orquesta Regional, dieron realce a la jornada.

El interés del público fue tal que se debió ralentizar su entrada, debido a que el lugar del evento tenía un aforo máximo de 150 personas. La Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Laura Díaz, valoró el esfuerzo y la resiliencia de los artistas iquiqueños, quienes aportaron todo su talento y su energía para retomar el espacio público con una actividad altamente valorada por la comunidad.

Son como una marea multicolor: gota a gota copan los espacios públicos de la ciudad. Instalan sus equipos de música y, a los pocos minutos, desatan sus ganas de bailar y muestran sus cualidades coreográficas. Son los fanáticos del K-POP (música de Corea), una verdadera fiebre de bailarines que recorre la ciudad y que conviven con los ritmos tradicionales del norte chileno. Una buena muestra del mundo que viene.

El XVIII Festival Internacional de Teatro y Danza es presentado por Compañía de Teatro Antifaz y Cerro Colorado | BHP, financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Línea Festivales y Encuentros de Trayectoria, Convocatoria 2025; Ley de Donaciones Culturales y el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, Convocatoria 2025 y la colaboración de la Ilustre Municipalidad de Iquique.

Redescubrir el pasado minero de Tarapacá con el primer yacimiento de plata en la región, fue el objetivo de la exhibición que el público pudo apreciar gratuitamente en septiembre. El montaje fue facilitado por el Centro Cultural Doña Vicenta en una articulación conjunta con Collahuasi.

Muchos otros artefactos literarios, como esta caracola, pasaron desapercibidos por los frailes que llegaron a las Américas a partir del siglo dieciséis y que buscaron extinguir el conocimiento nativo con la quema de libros y bibliotecas. Permanecieron ocultos bajo la tierra, en tumbas, la oscuridad de las cuevas y camuflados entre la maleza de la selva.

¿Se imagina que es posible saber con certeza cuánta agua de niebla se puede colectar en cualquier punto de nuestro extenso farellón costero? Y que, con esa información, ¿se podría planificar vergeles en distintos puntos del territorio? Esto, que puede parecer ciencia ficción, es ahora posible gracias a una plataforma interactiva gratuita que revela cuánta agua se puede extraer de la camanchaca costera del norte (y también del centro del país), abriendo nuevas posibilidades para -entre otras cosas- enfrentar la crisis hídrica.

Los seres humanos también podemos crear naturaleza. Suena extraño, más aún, tratándose del desierto, pero es cierto: podemos “sembrar” agua, restaurar bofedales y propagar especies. No estamos condenados a ser esa plaga que arrasa en nombre del progreso. También tenemos la capacidad de generar vida y equilibrio. En este artículo te contamos sobre tres ocasiones en las que, lejos de limitarnos a observar, hemos impulsado círculos virtuosos que han beneficiado a personas, animales y plantas por igual. Y lo hemos hecho de forma planificada, incluso artificial… porque artificial no siempre significa antinatural.