¿Se está secando el Altiplano chileno?

Entre los meses de diciembre a marzo, el Invierno Altiplánico trae lluvias y nieve a los Andes del Norte Grande, una de las regiones más remotas de nuestro país. Pese a la tremenda importancia ambiental, social y económica del Invierno Altiplánico, poco se sabe sobre cómo evolucionarán ante el escenario de rápido calentamiento global que enfrentamos. La evidencia científica comienza a dar algunas respuestas.

Ciencia y Medio Ambiente 10/06/2023 Ignacio Jara Parra (*)
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Las precipitaciones asociadas al Invierno Altiplánico son fundamentales para el mantenimiento de ríos, humedales, glaciares y salares altoandinos.

Para la mayoría de los chilenos la temporada de lluvias llega con los fríos meses invernales. Sin embargo, para los habitantes de la cordillera del norte grande la estación lluviosa se instala durante nuestro verano austral. Entre los meses de diciembre a marzo, el calentamiento del continente sudamericano permite la entrada de humedad desde el océano Atlántico y su transporte hacia los Andes, formando un sistema de lluvias monzónicas de gran envergadura. El llamado “Invierno Altiplánico” es la extensión del monzón hacia las zonas altoandinas de Chile, Bolivia, Perú y Argentina. 

CALENTAMIENTO 

Las precipitaciones monzónicas que arrastra el Invierno Altiplánico son fundamentales para el mantenimiento de ríos, humedales, glaciares y salares altoandinos. Más aún, las lluvias estivales son la fuente principal para las actividades agrícolas y ganaderas de cientos de miles de habitantes de los valles cordilleranos, así como también para el desarrollo económico del desierto de Atacama y de las ciudades costeras del Norte Grande.

Todavía existen dudas sobre cómo responderá el Invierno Altiplánico ante el escenario de rápido calentamiento global al que nos enfrentamos.

Pese a su tremenda importancia ambiental y económica, todavía existen dudas sobre cómo responderá el Invierno Altiplánico ante el escenario de rápido calentamiento global al que nos enfrentamos. Este desconocimiento contrasta fuertemente con lo que ocurre en la zona centro y sur del país, en donde se observa un marcado descenso en las precipitaciones desde hace ya varias décadas, tendencia que muy probablemente se mantendrá en el futuro como lo indican varias proyecciones climáticas. Por el contrario, las lluvias altiplánicas muestran grandes oscilaciones año tras año, con veranos muy secos como el del 1998, y temporadas de lluvias torrenciales como las ocurridas el 2012. Sin embargo, los datos climáticos no muestran una tendencia marcada de largo plazo que permita proyectar condiciones futuras y desarrollar estrategias de adaptación y mitigación. Sumado a esto, el Altiplano chileno es una región montañosa de muy difícil acceso, y por ello existen muy pocas estaciones meteorológicas con registros de lluvias con la continuidad y extensión necesaria para trazar proyecciones confiables. Afortunadamente existen fuentes de información climática indirectas que están siendo utilizadas por los científicos para entregar nuevas luces sobre la variabilidad a largo plazo del Invierno Altiplánico.

VARIABILIDAD

Un estudio publicado este año, liderado por el investigador Mariano Morales, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, nos entrega información muy relevante sobre la variabilidad del Invierno Altiplánico durante los últimos siglos, y cómo este sistema de precipitaciones podría evolucionar en el futuro. Este trabajo se basó en el estudio del grosor de los anillos de árboles de Polylepis tarapacana, una especie de árbol que crece hasta los 5000 metros de altura y que es conocida comúnmente como chañar. Debido a su longevidad, los anillos de crecimiento del chañar permiten explorar las precipitaciones altiplánicas de décadas e incluso siglos hacia el pasado. Este nuevo estudio muestra que el Altiplano chileno estaría experimentando sequías cada vez más frecuentes, sumado a una marcada tendencia de disminución en las precipitaciones comenzada en los años setenta.

gráfico desierto seco

Las lluvias altiplánicas muestran grandes oscilaciones año tras año, aunque no existe una tendencia marcada de largo plazo que permita proyectar condiciones futuras.

Las conclusiones de este estudio apuntan en la misma dirección que investigaciones similares realizadas en años anteriores, las cuales -combinando datos meteorológicos con simulaciones climáticas- sugieren la existencia de una progresiva intensificación de los vientos en altura provenientes del océano Pacífico. Estos vientos oceánicos de altura impedirían la llegada de las lluvias monzónicas al Altiplano, generando una tendencia de disminución considerable para las lluvias que se podría prolongar hacia las próximas décadas. No obstante, estos estudios de anillos de árboles y simulaciones climáticas no se encuentran totalmente apoyados por datos de estaciones meteorológicas y mediciones satelitales. 

Estas fuentes de información climática entregan registros de lluvias más directos, aunque de menor extensión temporal que los anillos del chañar. Un estudio reciente, publicado por el investigador Hans Segura de la Universidad de Grenoble en Francia, utilizó fuentes satelitales para estudiar la variabilidad del Invierno Altiplánico del norte de Chile, Bolivia y Perú. El estudio reveló que algunas regiones altoandinas del Perú han aumentado sus precipitaciones en los últimos años debido a una mayor disponibilidad de humedad sobre la cuenca del Amazonas, la cual reforzaría el monzón de verano. Este aumento de humedad podría incluso compensar el efecto resultante del aumento en los los vientos de altura, permitiendo mantener o incluso aumentar los niveles de precipitación en el Altiplano.

Debido a su longevidad, los anillos de crecimiento del chañar permiten explorar las precipitaciones altiplánicas de décadas e incluso siglos hacia el pasado. Este nuevo estudio muestra que el Altiplano chileno estaría experimentando sequías cada vez más frecuentes.

EL NIÑO Y LA NIÑA

Otro factor que agrega incerteza es el efecto que tiene el fenómeno de El Niño sobre las lluvias en el Altiplano. Este fenómeno de variabilidad climática ocurre cuando las temperaturas en el océano Pacífico tropical aumentan o disminuyen considerablemente, lo que puede provocar importantes alteraciones climáticas en diferentes regiones del mundo. En general, las lluvias altiplánicas tienden a ser menos intensas durante eventos El Niño, mientras que eventos La Niña suelen generar veranos con precipitaciones por sobre la media. No obstante, esta relación no siempre es tan estrecha. Por ejemplo, en los últimos dos veranos no se han registrado condiciones especialmente húmedas en el Altiplano chileno, pese a la prevalencia de condiciones La Niña en el Pacífico. Más aún, el verano de 1987, uno de los más lluviosos que se tenga registro, ocurrió durante condiciones del Niño moderado. 

Sumado a esto, la comunidad científica todavía debate sobre las causas y mecanismos que están detrás de este fenómeno tan importante. Los factores detrás de la ocurrencia de eventos El Niño o La Niña en el Pacífico no son del todo comprendidos, y existe aún más incertidumbre sobre cómo se verán afectados por el calentamiento del planeta. Sumado a esto, los investigadores tienden a pensar que la relación entre eventos El Niño, La Niña y el Invierno Altiplánico observada durante las últimas décadas se mantendrá en el futuro. Sin embargo, los registros de precipitaciones altiplánicas del pasado sugieren que esto no necesariamente fue así.

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Si las temperaturas siguen aumentando, la disponibilidad de agua podría afectar directamente la agricultura y ganadería, dos actividades importantes para las comunidades andinas de las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá.


El efecto de la temperatura

Otro factor importante a considerar es el efecto de la temperatura sobre la disponibilidad de humedad. El Altiplano chileno ha experimentado un rápido aumento en las temperaturas mínimas de verano durante las últimas décadas, lo cual muy probablemente está impactando directamente la disponibilidad de humedad en los suelos. Al aumentar las temperaturas, las superficies tienden a perder humedad más rápidamente, lo cual podría estar afectando el crecimiento de la vegetación sin la necesidad de un cambio significativo en las precipitaciones. Esto podría explicar las diferencias entre mediciones meteorológicas, satelitales y reconstrucciones hechas sobre la base de anillos de árboles, agregando más dificultad para estudiar la variabilidad del Invierno Altiplánico y su proyección a futuro. 

Sin lugar a duda existen múltiples factores operando simultáneamente, y poder entender cómo se relaciona resulta un desafío importante para los investigadores. Sumado a esto, el Altiplano Chileno se extiende por más de 400 kilómetros, por lo que no necesariamente se observará una evolución homogénea de las lluvias estivales. Si las temperaturas siguen aumentando, la disponibilidad de agua podría afectar directamente la agricultura y ganadería, dos actividades importantes para las comunidades andinas de las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá. 

Por el contrario, una intensificación del Invierno Altiplánico podría impactar en la frecuencia de eventos extremos de lluvias torrenciales, poniendo en riesgo la vida humana y afectando la infraestructura agrícola y vial. Desarrollar medidas de adaptación climática en esta remota región se vuelve crucial en un escenario de calentamiento planetario, y para ello se requieren nuevas investigaciones que ayuden a comprender la variabilidad de las lluvias estivales y los factores que afectan a distintas escalas temporales.

(*) Académico del Departamento de Ciencias Histórica y Geográficas, Universidad de Tarapacá.


REFERENCIAS

Morales, M.S., Crispín-DelaCruz, D.B., Álvarez, C., Christie, D.A., Ferrero, M.E., Andreu-Hayles, L., Villalba, R., Guerra, A., Ticse-Otarola, G., Rodríguez-Ramírez, E.C. and LLocclla-Martínez, R., 2023. Drought increase since the mid-20th century in the northern South American Altiplano revealed by a 389-year precipitation record. Climate of the Past, 19(2), pp.457-476.

Segura, H., Espinoza, J.C., Junquas, C., Lebel, T., Vuille, M. and Garreaud, R., 2020. Recent changes in the precipitation-driving processes over the southern tropical Andes/western Amazon. Climate Dynamics, 54(5-6), pp.2613-2631.

Sarricolea Espinoza, P. and Romero Aravena, H., 2015. Variabilidad y cambios climáticos observados y esperados en el Altiplano del norte de Chile. Revista de Geografía Norte Grande, (62), pp.169-183.

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