Proyecto corresponde al Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) que cuenta con 57 años de datos históricos sobre pesca y acuicultura, recolectados a lo largo de todo Chile por sus equipos de investigación y de observadores científicos.
Después de 12 años y dos programas de desarrollo (PDACH y PTEC), la tecnología para el cultivo de la especie nativa Cilus gilberti está validada y en condiciones de iniciar el escalamiento productivo. Jorge Lizardi Bustos, nuevo director del Programa Corvina, es el encargado de encabezar la última etapa de desarrollo, con la misión de entregar una oportunidad de diversificación sostenible para el norte de Chile.
La salud del océano es crítica para el futuro de nuestro planeta; sus microorganismos producen al menos la mitad del oxígeno que respiramos y sus ecosistemas generan alimentos e ingresos a millones de personas que dependen de la pesca y la acuicultura para sobrevivir.
Diversificar la matriz productiva del norte del país siempre ha sido un sueño. Incorporar áreas de desarrollo que nos permitan explorar otros caminos, que no transiten necesariamente por la minería. El Proyecto Corvina, que impulsa la Corfo, de la mano de la Fundación Chile, podría producir ese milagro: generar un polo de desarrollo acuícola similar al que produjo el cultivo del salmón en la décima y undécima regiones. El 2022, el sueño podría comenzar a hacerse realidad.
Investigación realizada por el Departamento de Repoblación y Cultivo se orienta a entregar bases científico-técnicas para apoyar el desarrollo y sustentabilidad de la Acuicultura a pequeña escala en Chile con beneficios para el medio ambiente y para los pescadores y cultivadores.
A pesar de los esfuerzos realizados durante mucho tiempo, los chilenos estamos al debe en el consumo de pescados: apenas siete kilos per cápita al año, que se contrastan con los 25 en promedio en el Perú y los 70 kilos en Japón. Algunos podrían culpar a la escasez de oferta y, otros, a los altos precios que alcanzan estos productos en los puestos de abastecimiento habitual. Cualquiera sea la razón, si el proyecto liderado por la Fundación Chile de reproducción en cautiverio de corvina es exitoso, la realidad podría cambiar de manera drástica.
En la infancia tenía el mar a sus pies, en el Barrio El Morro. Ahora lo tiene a sus anchas, en el pequeño cabo de Sarmenia, camino al aeropuerto. Desde muy joven dejó la kinesiología de lado para cumplir uno de sus grandes sueños: ser el primer acuicultor del norte. Y lo logró, aunque confiesa que todavía tiene gusto a poco.
Al principio era “dinero que estaba botado en las playas; sólo había que recogerlo”. Con los años, y cuando la demanda arreciaba, comenzaron a sacarlas desde el mar, a través de lo que se conoce como “destronque” o “barreteo”. El ecosistema marino se vio alterado y por esta razón, señalan neófitos y expertos, ya no tenemos peces de roca en nuestra región.
Las autoridades reconocen el daño, pero están sobrepasadas. Esta es la historia de cómo las algas se están acabando, a vista y paciencia de todo el mundo.
Las autoridades reconocen el daño, pero están sobrepasadas. Esta es la historia de cómo las algas se están acabando, a vista y paciencia de todo el mundo.