
Este orgullo que tengo: arte popular y lucha LGBTQ en Chile por el poder interpretativo
Arte y Cultura21/01/2025Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025
Al pensar en la historia reciente de la gráfica chilena, lo primero que viene en mente son los afiches de los años 60 y 70, con mensajes sobre la juventud, el trabajo social, la protesta en contra de la guerra de Vietnam, y muchos otros que se propagaron desde Chile al resto del mundo. Esta época se caracteriza por diversas influencias, como la cultura hippie, los carteles cubanos y polacos –entre otros–, los cuales marcan profundamente un momento histórico para el diseño gráfico y el afiche como forma de inquietud social en nuestro país.
Arte y Cultura02/08/2022 Nicole Ellena (*)Muchos de los afiches más icónicos de estos años fueron creados por Vicente Larrea, el que, junto a su hermano Antonio Larrea y su amigo Luis Albornoz, formaron en 1966 la oficina de diseño “Larrea”, donde produjeron más de 150 afiches culturales y sociales y también 100 carátulas de discos para la Nueva Canción Chilena. El diseño gráfico de esa época estaba marcado por la cultura local, el idealismo y la profunda convicción de que un país más justo era posible.
Nos encontramos por primera vez con Vicente en 2017, en el evento City Lab, donde participó como invitado en el contexto del lanzamiento del nuevo disco de Kalfu. Días después de ese encuentro nos invitó a su hogar, donde conversamos sobre cartelismo y la gráfica del Chile actual.
Endémico: Cuéntanos sobre tus inicios. En tus primeros pasos como grafista, ¿veías en ese momento el impacto que tendrían tus diseños en la historia?
Vicente: A mí me echaron del colegio, porque según los religiosos solo era bueno para dibujar (medio tonto, según ellos). En el Liceo Fiscal, me ampliaron la mentalidad con una educación más humanista, incentivando mis capacidades personales. Y fue la primera vez que conviví en el colegio con mujeres, porque era felizmente mixto (comencé a civilizarme!).
DISEÑO
Siempre quise dibujar, el bachillerato lo aprobé en 1960 con el mínimo puntaje y me matriculé en artes aplicadas en la Universidad de Chile. Quería dibujar y ansiaba hacer afiches. Mi madre me decía “tú vas a ser dibujante comercial”, cuando aún no existía la palabra diseño. En artes aplicadas al principio estudiaba decoración de Interior, y en segundo año elegí el taller de afiches y Publicidad.
A los 15 días de clases en el taller de afiches me di cuenta que “el catedrático” que estaba al mando no tenía experiencia en gráfica y menos en afiches. Me acerqué mucho a Waldo González, profesor que me formó dentro de la escuela, él nos enseñaba Dibujo Aplicado, el método para aprender a observar y sintetizar. Comenzabas dibujando una conchita detalladamente, y después de 30 o 50 dibujos, con dos líneas tenías que llegar a la síntesis gráfica de la conchita. Waldo fue mi tutor académico y somos amigos hasta la fecha.
En tercer año (1962), me llamó el director de la escuela y me dijo que no podría seguir rechazando al profesor de afiches. Me propuso irme a trabajar al departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Chile, para diseñar e imprimir allí todos los afiches y programas que editaban cada mes. El director me indicó que no me preocupara de las notas, podría ir a las clases en las mañanas, y en las tardes trabajar para la oficina de extensión cultural, siempre que trajera mis muestras impresas, a partir de las cuales me pondrían las notas del taller.
Desde ese año no fui más al taller, nunca me titulé. Cuando terminé cuarto año (1964), ya tenía 30 afiches impresos y muchos folletos de Escuelas de Temporada distribuidos por todo Chile. Estaba metido en el rodaje gráfico al que permanezco entretenido hasta hoy, 55 años después.
LIBERTAD
E: ¿Trabajabas solo?
V: Partí solo. Mi jefe en extensión, Ricardo Vergara Rossi, me dio mucha libertad y responsabilidad, me dijo “tú vas a decidir lo que se imprime”. Después de tres años en Extensión, renuncié y formé mi propia oficina en Huérfanos con Ahumada, allí se unió a trabajar mi hermano Antonio y formamos nuestro laboratorio fotográfico “Leitz”. Casi todas las fotos, de Víctor Jara, Quilapayún, Inti-illimani y otros músicos, las hizo Antonio. Los empaques de vinilos de la Nueva Canción Chilena las diseñamos en equipo con Luis Albornoz. La Nueva Canción Chilena, y la Unidad Popular, se nos terminan el 11 de Septiembre del 73, todo lo que produjimos en ese periodo (150 afiches, 100 tapas de discos) fue con el simple propósito de que los entendieran por igual todas las personas y se sintieran identificados con sus raíces culturales chilenas y latinoamericanas.
Ya son más de 50 años en ese empeño de diseñar gráfica atractiva que sea comprendida por toda la audiencia. Nos dimos cuenta en 1985 que nuestro trabajo de los años 70 se había convertido en parte de la memoria colectiva de Chile y que había traspasado las fronteras como componente de su identidad. Esos afiches se distribuían y regalaban en los espacios públicos de todo el país. Eran tiradas de 30.000 a 50.000 ejemplares. Los discos alcanzaron muchas veces cifras de 10.000 copias y más.
E: El afiche chileno era ameno, alegre, simple y positivo…
V: Decidimos conscientemente no hacer gráfica odiosa, dogmática ni violenta. Elegimos no copiarle los puños cerrados al socialismo de la Unión Soviética. Lo más fuerte que diseñamos en términos políticos fue el disco, X Vietnam y el Basta con el gorrión muerto, ambos para Quilapayún. Asumíamos libremente las decisiones de qué diseño imprimir.
El propósito de hacer diseño atractivo y positivo funcionó bien, había gente opuesta al gobierno de Allende quienes tenían el afiche de la “La felicidad de Chile comienza por los niños” en el dormitorio de sus hijos. Así logramos llegar a todo Chile. El sistema de diseño era simple: cada uno hacía un boceto con el tema encargado, los poníamos sobre la mesa y elegíamos cuál era el concepto que mejor funcionaba. Las decisiones eran rápidas y pragmáticas. El ego no primaba. La función comunicacional venía primero y luego la estética. Sin descuidar detalles.
LOS HIPPIES
E: Entendemos que fuiste influenciado por la gráfica hippie y el cartelismo cubano, ¿lo ves así? En ese caso, ¿quiénes fueron tus referentes?
V: Antes y mucho más que el hippismo, el primero que me impresionó fue Saul Bass —en “West Side Story”, él diseña los títulos para la película—. Saul hizo muchos afiches de cine, mucha titulación de películas y marcas, su trabajo pionero y riguroso me marcó desde cuando estaba en el colegio en San Antonio. En esa época (años 50), yo miraba constantemente revistas norteamericanas: Colliers, Post, Life, National Geographic y otras. Eran mis fuentes de educación visual. Intuía que me estaban guiando hacía mi futuro profesional.
Los afiches de principios de la Revolución Cubana los observé con mucho respeto, y los sigo admirando hoy. También me influyeron los afiches polacos culturales, y muchos carteles alemanes. Leía Gebrauchgrafic de Alemania y Graphis de Suiza. Visitaba mucho la biblioteca en la escuela y allí me concentraba en la observación de los buenos resultados y sus metodologías.
Por esa observación constante aprendí a distancia de diseñadores famosos: el italiano Piatti, los norteamericanos Lubalin, Paul Rand, Milton Glaser, Seymour Schwast, Ben Shahn. Veía trabajos muy bien resueltos, que comunicaban eficientemente. Waldo González (Polla), José Messina (Teatro Antonio Varas), Rafael Vega Querat, fueron mis guías y ejemplos locales. Aprender de la capacidad de síntesis de esos maestros, fue el objetivo a lograr. Si la audiencia entiende tu trabajo, has cumplido bien tu función profesional y social: comunicar sin confundir.
PERIODISMO
Parte de mí metodología de diseño viene del periodismo. Las jóvenes periodistas de la oficina de Extensión Cultural donde trabajé me decían: “involúcrate en el tema, y después, sintetiza toda la información, y vuelve a sintetizar”. Eso implicaba horas de trabajo conceptual y mucho dibujar. Un concepto tarda en formarse. Hay que dejar que el cerebro tome su tiempo hasta que madure la idea y esté lista para su uso práctico. Todas las ideas son perfectibles. Las formas de ver y diseñar evolucionan, es parte de la vida. No hay buen diseño, sin culturización profunda y selectiva en el tema encargado.
E: Considerando el apagón cultural y las limitaciones de expresión durante la dictadura ¿qué sucedió entonces con el “cartelismo”? ¿Existía el “cartelismo” clandestino? Y, posteriormente, ¿cómo fue su resurgimiento? ¿Renació con el fin de la dictadura?
El 11 de septiembre nosotros perdemos nuestros principales clientes: el gobierno de la Unidad Popular y el sello discográfico DICAP. Con los afiches paramos, pues no estaba permitido pegarlos en las calles, y los discos solo se editaban uno o dos al año (solo instrumentales). Empezamos a trabajar en proyectos más comerciales, en Chile se instala el libre mercado. Diseñamos muchas marcas, folletería, envases y etiquetas de productos. Numerosos empresarios entendieron la ventaja de poseer una buena imagen corporativa. A la fecha hemos diseñado unas 400 marcas.
(*) Este artículo in extenso fue publicado en la revista www.endemico.org
Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025
A casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, que se sienten a cada paso, en la localidad de Mauque, se desarrolló una fiesta que permite conocer la cultura de una comunidad aislada del resto del país.
Se recibieron fotografías de 13 regiones del país y destacó una mayor participación de las regiones Metropolitana, Los Ríos, Valparaíso y Magallanes y la Antártica Chilena.
La ceremonia de entrega a la comunidad de esta obra estuvo encabezada por el alcalde Mauricio Soria Macchiavello y el concejal Domingo Campodónico Saluzzi quienes estuvieron acompañados por familiares de Carlos González Rodríguez.
Entre otras actividades se realizó una típica velada pampina en el teatro de Humberstone, con la presentación de números artísticos de las agrupaciones, para cerrar con la Obra de Teatro “Los espectros de Nebraska". La noche concluyó con un baile en el que participaron las distintas agrupaciones pampinas.
El sábado 30 de noviembre, la Plaza 21 de Mayo vibró al ritmo de la música en el Encuentro de Orquestas “Tarapacá mi inspiración”, un homenaje organizado por la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles para celebrar el legado del destacado músico iquiqueño.
Más de mil invaluables caracolas recolectadas y entregadas por el Premio Nobel al plantel en 1954 son las protagonistas de esta nueva muestra disponible en la Sala Museo Gabriela Mistral de la Casa Central. Mediante diversos elementos artísticos, visuales y sonoros, la exposición aborda temáticas como el coleccionismo de especies biológicas, la riqueza del mundo de los moluscos y las problemáticas medioambientales.
Instalaciones robóticas, esculturas mecatrónicas, entornos sensoriales inmersivos, proyectos interactivos, visualizaciones de datos, tecnoperformance, piezas generativas y vida artificial: por fin, estas y muchas otras prácticas artístico-tecnológicas comenzaron a ganar protagonismo en las narrativas hegemónicas del arte contemporáneo.
Las participantes se unieron para desarrollar un lienzo colectivo adornado con prendas como sostenes las cuales ellas mismas bordaron, simbolizando la lucha y la resistencia ante esta enfermedad que en el país cada día cobra la vida de 3 a 4 mujeres, convirtiéndose en la primera causa de muerte en población femenina en Chile.
Proyecto organizado por la Compañía de Teatro Antifaz y financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, Convocatoria 2023; Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Línea Festivales y Encuentros de Trayectoria, Convocatoria 2024; Ley de Donaciones Culturales; Gobierno Regional de Tarapacá junto al Consejo Regional de Tarapacá, a través del 8% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional de Cultura 2024 y Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi.
El Museo Regional de Iquique (MRI) es el escenario de “Miradas de colección: Barros Cruzados”, un proyecto de arte prehispánico y contemporáneo en Tarapacá, que surge como una propuesta de curaduría en arte y educación a desarrollar anualmente en esta institución cultural.
Proyecto organizado por la Compañía de Teatro Antifaz y financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, Convocatoria 2023; Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Línea Festivales y Encuentros de Trayectoria, Convocatoria 2024; Ley de Donaciones Culturales; Gobierno Regional de Tarapacá junto al Consejo Regional de Tarapacá, a través del 8% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional de Cultura 2024 y Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi.
A casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, que se sienten a cada paso, en la localidad de Mauque, se desarrolló una fiesta que permite conocer la cultura de una comunidad aislada del resto del país.
Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025
Chile se ha comprometido en alcanzar su meta de carbono neutralidad a más tardar en el año 2050. Para lograrlo se ha propuesto metas de miles de hectáreas de restauración, manejo y forestación de bosques.
Imagina una cancha de futbol y ubícala bajo el mar, cerca de la orilla. El pasto de la cancha es tan largo que casi toca la superficie, moviéndose al vaivén de las olas, y entre sus hojas viven organismos marinos como jaibas, ostiones, peces, incluso tortugas. Ahora imagina que estás parado en el borde de esta cancha submarina y miras su extensión: verás que hay al menos 200 canchas iguales, una junto a otra, un gran parche verde con una vida marina muy abundante y diversa. Puede sonar a ficción, pero estas “canchas” de pasto submarino existen en algunas zonas del norte de Chile.
En esta edición publicamos un pequeño resumen de algunos de nuestros primeros artículos. Un recuento de algunos proyectos que se quedaron en el camino, otros que marcaron historia y detalles inéditos de la riqueza cultural y patrimonial de nuestra región.