¿Qué es la agricultura de labranza cero?

El método de labranza cero, o no till (en inglés) es un sistema de cultivo que implica no picar la tierra, para evitar la compactación del suelo y la liberación del carbono que almacena. Es un método ideal para huertos pequeños y medianos en los que, además, podemos protegerlo utilizando mulch, hojas y restos orgánicos.

Ciencia y Medio Ambiente19/03/2024 Paula Rosales (*)
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Estos métodos naturales son especialmente adecuados para huertos pequeños y medianos.

Texto y fotos: Paula Rosales (*)

La agricultura de labranza cero, también conocida como no-till gardening, no till farming o zero tillage (en inglés), consiste de técnicas inspiradas en el método que tiene la naturaleza para reproducir sus especies de manera silvestre, donde las semillas o trozos de una planta caen al suelo y de manera natural, ya sea por lluvia, viento, agua, y/o animales, se protegen con hojas, rastrojos y tierra para esperar el momento oportuno y dar así origen al nacimiento de una nueva planta.

En un estado natural de autosiembra, con el paso de los años, el suelo gana materia orgánica, vida y fertilidad. Sin embargo, desde el punto de vista humano, este método natural tiene algunos inconvenientes: es poco productivo (no está diseñado para alimentar a la alta tasa de humanos que carga la tierra) y las especies se reproducen cuando y donde quieren (no donde y cuando queremos). 

En un estado natural de autosiembra, con el paso de los años, el suelo gana materia orgánica, vida y fertilidad.

Como respuesta a esta problemática, el ser humano decidió crear la práctica de la agricultura en función de aumentar la producción y cultivar en el momento y lugar que se estime conveniente. Este movimiento trajo consigo bajar la necesidad de andar de cazadores recolectores y pasar a la creación de asentamientos humanos. Sin embargo, si bien se han logrado estos propósitos y aún existen lugares donde se ha logrado un equilibrio y armonía entre la naturaleza y la producción del alimento, en su mayoría, se ha cometido un gran error: se hicieron las cosas sin observar e imitar la naturaleza y comenzamos a destruirla.

DESTRUCCIÓN

Deforestación, erosión, desertificación, contaminación, pérdida de vida, aumento de enfermedades y más (la lista es larga), es todo lo que ha ocasionado la agricultura convencional. Para plantear soluciones a esta destrucción, primeramente, vamos a reflexionar sobre algunos asuntos: fertilidad de los suelos y cobertura vegetal. En estado natural, los suelos se fertilizan por el paso de animales en manadas a lo que se conoce como “efecto manada”, donde los animales transitan juntos en un paño de tierra y con su paso se alimentan y dejan heces, orina e incorporan al suelo estos abonos naturales con su desplazamiento y pisoteo.

No till 2El ser humano decidió crear la práctica de la agricultura en función de aumentar la producción.

Una manera perfecta de preparación de suelo, sin embargo, en nuestro afán de hacer las cosas sin observar y aprender de esa sabiduría que trae la naturaleza por millones de años antes de nuestra existencia, decidimos entrar con la quema y luego dar un “gran paso” con la agricultura industrial basada en el uso de fertilizantes químicos, maquinaria pesada, pesticidas y semillas industrializadas. 

Por último, a mi parecer, el peor de todos los actos ha sido descubrir el suelo para que se vea “limpio” y hacer laboreo profundo como una medida desesperada para descompactar lo que por nosotros mismos está siendo compactado. Un mecanismo cortoplacista, ya que se ha demostrado que con estas prácticas estamos acabando con los suelos del mundo entero. Con este acto se libera el carbono que con tanto esfuerzo el suelo ha logrado capturar para nuestro propio bienestar.

MÉTODO NATURAL

Una técnica que consiste básicamente en sembrar sobre los rastrojos del cultivo anterior sin romper la estructura del suelo de manera mecánica tipo arados, para conservar la vida que habita en él. Esta práctica se puede llevar desde un macetero hasta un campo de grandes extensiones con maquinaria especializada para este fin, pero claro está, que tendremos que hacer algunos esfuerzos iniciales para luego disfrutar de una hermosa camada de tierra esponjosa y fértil. Imagino que deben existir varias maneras de llevar esta práctica, sin embargo, en mi experiencia les relato las que me han funcionado bien.

No till 3Una de las técnicas consiste básicamente en sembrar sobre los rastrojos del cultivo anterior.

Siembra de especies pioneras: Este sistema consiste en comenzar a trabajar un suelo con la siembra de especies pioneras que tengan mecanismos de adaptación como raíces profundas, nódulos fijadores de nitrógeno y/o hojas que aprovechen la transpiración. Es una manera de imitar lo que hace la naturaleza en lo que se conoce como la sucesión primaria, cuando llegan musgos y líquenes para comenzar a formar suelos sobre rocas. 

Siembra de abonos verdes: El abono verde consiste en plantar especies que literalmente sirvan de “abono” para el suelo. Las especies más recomendadas para este fin son las leguminosas, sin embargo, podemos usar lo que nos parezca conveniente. Estos abonos verdes se pueden cortar una vez que crecen un poco y antes de generar la flor y semillas. Luego pueden ser levemente incorporados al suelo o simplemente dejar como cobertura. 

Hemos hecho las cosas sin observar y aprender de esa sabiduría que trae la naturaleza por millones de años antes de nuestra existencia.

Agregar carga de compost o sustrato: Esta alternativa consiste en poner una buena camada de compost o un sustrato bien preparado, mínimo de unos 20 centímetros sobre un suelo degradado, con la que podremos sembrar en un ambiente perfecto para nuestros cultivos. Es la manera más fácil y rápida de comenzar, pero tiene como inconveniente la alta demanda de este insumo, el cual deberemos producir en casa o comprar en el mercado.

(*) Este artículo in extenso puede ser visto en www.delaraizalplato.cl

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