LA REBELIÓN DE LA DIGNIDAD: El registro del estallido social en fotos

Cuando se escriba la historia de Chile en el siglo XXI, sin duda que uno de los capítulos más importantes -si no, el más importante- será aquél que recoja las múltiples aristas del estallido social. “Obviamente lo que estaba pasando en Chile desde el 18 de octubre me parecía fascinante; un hecho que probablemente va a estar en los libros de historia en el futuro”, señala Karen Trajtemberg, cientista política y periodista, una de las autoras del libro “Chile Despertó, la rebelión de la dignidad”, donde queda retratada toda la magnitud de este fenómeno social.
Este movimiento de masas, que fue creciendo y que no dejaba de sorprender por la masividad y por la persistencia… no sólo en Santiago, sino en todo el país, también motivó a otros dos periodistas, Manuel Délano y Fabiana Rodríguez-Pastene, quienes se preguntaron qué hacer. “Como los tres somos profesores y nos dedicamos a la docencia, teníamos poco tiempo para salir a reportear, pero sí podíamos coordinar un trabajo conjunto”, señala Délano, quien también vivió en carne propia el estallido en la década de los ochenta, en tiempos de dictadura.
Fabiana Rodríguez-Pastene, que además es doctora en Historia, señala que después de planteada la inquietud, surgió la idea de hacer un libro. “Sabíamos que iban a salir muchos libros, con opiniones, análisis, ensayos. Mejor hagamos un libro de fotografías, les dije. A ellos les pareció una buena idea y así es como nos dimos a la tarea de ubicar fotógrafos en todo el país, para graficar el estallido”.
Rafael Rodríguez, cineasta y fotógrafo iquiqueño, fue uno de los convocados: “Me contactan fundamentalmente porque durante las primeras semanas del estallido yo había estado subiendo mis fotos al Instagram. Y desde un principio me llamó la atención el proyecto, porque las ganancias del libro iban a ir en directo beneficio de las víctimas de violaciones de los derechos humanos en el estallido”.
Así es como se armó una red de 43 fotógrafos, de Arica a Punta Arenas, los cuales retrataron las múltiples aristas de este fenómeno. “La verdad es que fue un trabajo bien uno a uno; hay que decir que estuvimos muy apoyados en eso por nuestro productor general, Camilo Pérez. Cuando sabíamos de un fotógrafo que estaba en una determinada ciudad, lo contactábamos y le pedíamos las fotos. Ellos también nos daban nombres de otros fotógrafos y así se armó esta red”, señala Karen.
“Entonces lo que hicimos -agrega Délano- fue seleccionar un grupo de fotografías, de las miles que teníamos a mano, para cumplir con la calidad técnica requerida y con los criterios editoriales adoptados”. La idea fue agrupar las fotografías por áreas temáticas y no por regiones, añade, “porque en todo el país las demandas y el tipo de fotos se repetían”. Así es como once áreas temáticas, desde las marchas hasta el día después, dan vida a este libro.
Las fotos permiten dimensionar, entre otras, las las marchas, el trabajo de los voluntarios de bomberos, de la cruz roja; la ciudad acorralada, los carteles, la primera línea. Todos los aspectos de las movilizaciones, con sus luces y sus sombras, para dar vida a un libro de más de 400 páginas, que acaba de salir al mercado. “Todavía me emociono cuando me acuerdo -señala Fabiana-, porque demoró mucho tiempo. Todo lo que trabajamos para reunir y seleccionar las fotografías y lo que debimos esperar para concretarlo. En un principio el libro se iba a publicar en físico, en el mes de abril, pero vino la pandemia y todo quedó stand by; se veía cada vez más lejos”.
Los autores tuvieron que tener bastante paciencia para ver el libro -ya no impreso, sino en formato digital- circulando por el país, gracias a la editorial Catalonia. Y esto por una razón muy sencilla: la pandemia. La crisis sanitaria les obligó a retrasar su salida en varios meses. “Por ahora está solamente en digital -señala Karen- porque las editoriales también han estado con problemas para imprimir; lo bonito es que nosotros tres y también los fotógrafos, por supuesto, cedimos todos los derechos en beneficio directo de Fabiola Campillay, que perdió ambos ojos por la agresión que sufrió en medio del estallido”.