Académica de la U. de Chile busca elevar la VEGETACIÓN AUTÓCTONA del norte

La académica de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza (CFCN), Claudia Cerda, determinó las bondades de las especies características de las regiones de Arica y Parinacota y Antofagasta. Asimismo, abordó cómo se relacionan con los habitantes de la zona, las proyecciones y desafíos para su conservación.

Ciencia y Medio Ambiente18/04/2023
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“Servicios ecosistémicos de formaciones xerofíticas en la macrozona comprendida desde la Región de Arica y Parinacota hasta la Región de Antofagasta”, es el nombre del proyecto de investigación impulsado por la académica Claudia Cerda de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza. La iniciativa fue posible gracias al financiamiento del Fondo de Investigación de Bosque Nativo de la Corporación Nacional Forestal y reconoce la importancia de las especies vegetales del norte de Chile.

Realizando la sistematización de 71 títulos bibliográficos y entrevistas a especialistas locales, el estudio abordó las formaciones xerófitas de la zona norte del país. Es decir, aquellas especies vegetales autóctonas, preferentemente arbustivas o suculentas de zonas áridas o semiáridas. 

La profesora Claudia Cerda, explicó que pese a las complicaciones del estudio en terreno producto de la crisis sociosanitaria, “logramos articular que las formaciones xerofíticas son de gran importancia ecológica, pues brindan un sinnúmero de beneficios para las comunidades locales y, por lo tanto, es importante visibilizarlas a través de relevar su importancia ecológica y los beneficios que proveen a escala local”. 

De esta forma, el objetivo del estudio fue reconocer las formaciones xerofíticas como proveedores de servicios ecosistémicos para generar beneficios para los distintos grupos humanos que viven en el territorio, relevando la importancia cultural que ciertas especies tienen para las comunidades locales. El proyecto también exploró los marcos formales e informales que explican la relación de las personas con estas formaciones como un elemento clave para comprender la resiliencia de los territorios y su vegetación. 

Tras la investigación, la especialista indicó que las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá cuentan con un gran desafío en conservación, dada a la relevancia de los servicios ecosistémicos, en la historia social local y de la identidad cultural.

IMPACTO NACIONAL

Tras la investigación, la especialista indicó que las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá cuentan con un gran desafío en conservación, dada a la relevancia de los servicios ecosistémicos, en la historia social local y de la identidad cultural. “Antofagasta es un área muy importante en cuanto a formaciones xerofíticas donde tuvimos un gran apoyo e interés en el proyecto. Además, pudimos plantear los desafíos legales, ambientales y de aquellos asociados a la complejidad de la gestión de las formaciones xerofíticas que se vienen por delante”, explicó la académica.

De esta forma, la investigación impulsada permite alertar sobre la necesidad de esfuerzos que apunten a la gestión sostenible de las formaciones xerofíticas, que requerirán de múltiples enfoques para asegurar la conservación biológica y el bienestar humano.

Pese a su relevancia en los ecosistemas, una de las formaciones vegetacionales más subvaloradas e invisibilizadas en Chile han sido las “formaciones xerofíticas”, nombre que recibe la vegetación adaptada a climas áridos y semiáridos. Según el abogado de Fundación Terram, Christian Paredes, y la vocera de la agrupación Paso Hondo Nativo, Paulina Collao “estas especies poseen una regulación precaria, ambigua y, en ocasiones, contradictoria, mientras han sido constantemente amenazadas por proyectos mineros, agrícolas, inmobiliarios, forestales y energéticos. Por ello, llaman a reconocer su valor ecológico y sociocultural, y a emprender con urgencia modificaciones legales y reglamentarias que se traduzcan en su protección efectiva.

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En un reciente seminario realizado en nuestra ciudad, sobre “El rol del bosque nativo y las formaciones xerofíticas para la conservación de la biodiversidad” organizado por el Instituto Forestal (Infor) y la Secretaría Regional Ministerial de Agricultura de Tarapacá, se destacaron distintos aspectos del tema. El académico de la Facultad de Recursos Naturales Renovables de la Universidad Arturo Prat, José Delatorre, centró su presentación en la valorización de la flora nativa xerofítica en el paisajismo de las zonas desérticas. 

El programa también contó con la presencia de Sergio Silva, investigador y gerente de la Sede Diaguitas de Infor, con oficinas en La Serena y alcance para toda la Macrozona. Silva comentó que este seminario “era lo que estaba faltando. Estas formaciones son de relevancia, tienen la biodiversidad más alta del país y hay que cuidarlas, porque van a amortiguar los efectos del cambio climático que viene fuerte con cambios de temperatura”.

“Este seminario nos permitió poner en vitrina algo que estaba oculto, algo que todo el mundo sabe, pero al que nadie le da importancia. Las formaciones xerofíticas son importantísimas porque son especies capaces de sobrevivir a condiciones estresantes. No solo a la falta de agua, también a altas y bajas temperaturas, alta radiación, salinidad, falta de humedad. Estas plantas van a sobrevivir y nosotros tal vez no”, advirtió Delatorre, profesor de la Unap y especialista en agricultura del desierto.


¿Qué son las formaciones xerofíticas-Xerófitas?

Una formación xerofítica o xerófita es una formación vegetal, constituida por especies autóctonas, preferentemente arbustivas o suculentas, de áreas de condiciones áridas o semiáridas ubicadas entre las Regiones I y VI, incluidas la Metropolitana y la XV y en las depresiones interiores de las Regiones VII y VIII. La corta, destrucción o descepado de formaciones xerofíticas, sin un plan de trabajo previamente aprobado por CONAF y el incumplimiento de las obligaciones contenidas en el plan de formaciones xerófitas, es sancionado con una multa de 2 a 5 UTM por hectárea incumplida dependiendo de su gravedad. Se considerarán faltas graves aquellas que se refieran al incumplimiento de las normas de protección ambiental.

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