Los actores Francisco Melo y Paula Zúñiga son parte de estas obras protagonizadas por mujeres y hombres afro de Arica y Azapa, y grabadas en terreno por un equipo de la Universidad de Chile.
A propósito del Bicentenario del vecino país, el próximo 28 de julio.
El periodo independentista de la que llegó a ser la provincia más meridional del territorio nacional del Perú en el siglo XIX, Tarapacá, todavía es un campo por descubrir. Una advertencia que ya hizo hace varias décadas Rubén Vargas Ugarte cuando publicó en Lima documentos inéditos sobre la incursión del coronel patriota Julián Peñaranda en San Lorenzo de Tarapacá en 1815, como más recientemente Carlos Donoso al abordar la historia decimonónica del puerto de Iquique.
Memoria
21 de julio de 2021
Luis Castro Castro (*)
Con la respuesta afirmativa de la UNESCO, en mayo del 2020, de que el Expediente “Asentamientos y Momificación Artificial de la cultura Chinchorro” y la confirmación de que había sido recibido sin observaciones, el proceso de postulación de esta cultura como Patrimonio Mundial avanza sin tropiezos. Desde hace varios años, la postulación de la Cultura Chinchorro como Patrimonio Mundial de la UNESCO ha relevado la importancia de este bien patrimonial más allá de las fronteras regionales.
Más de treinta iglesias coloniales ubicadas en la región de Arica y Parinacota integran el circuito que forma parte de la Ruta de las Misiones, un proyecto que partió como rescate y restauración de esos templos, para transformarse en una experiencia de turismo sustentable, que invita a contemplar el paisaje andino, de la mano de las propias comunidades.
Los tambores que acompañan las danzas de origen africano suenan igual en todas partes: en Arica, en Santiago y también en Iquique. Y, en todas partes, contagian… Por eso debe ser, más allá del color de piel, que los afrodescendientes no pasan inadvertidos en nuestro paisaje. Hace un tiempo se realizó en encuentro que reunió la cultura afro de nuestra región, donde hubo sorpresas, más allá de lo obvio.
La llareta, yareta o Azorella compacta es un arbusto nativo de las regiones altiplánicas, conocido por su apariencia similar al musgo. Es una de las plantas más longevas, alcanzando los 3.000 años o más y, lamentablemente, se encuentra en estado Vulnerable.
Quienes conocen bien los valles de Azapa y Lluta en Arica, aseguran que –hace algunas décadas- parecían verdaderos enjambres en torno al apetecido néctar de las flores. Hasta cien ejemplares podían disputarse el jugoso alimento. Pero hoy, los ecologistas y los científicos han puesto el grito en el cielo: no más de 300 ejemplares mantienen la especie y, desde todas las tribunas, claman para evitar su extinción. Se trata del “Picaflor de Arica”, que está a punto de desaparecer.