Las fotografías de esta serie muestran innumerables lugares de Nueva York en invierno. El principal desafío fue lograr imágenes únicas donde predomina el gris, la bruma y nieve. Algunas son fotos callejeras, retratos al pasar, algo del paisaje urbano y humano que es multicultural, algún detalle inspirador. Y, por supuesto, la Zona Cero, donde hoy se puede visitar un memorial que honra a las víctimas del 11 de septiembre de 2001.
Turismo y Deporte 28/03/2024 Hernán Pereira Palomo
Fotos: Hernán Pereira Villanueva y HP Palomo
Fotografiar esta ciudad a ras de piso, navegando, o desde un edificio, es una tentación inagotable para cualquiera que la recorra con una cámara fotográfica. Aquí presentamos el recorrido de dos iquiqueños (padre e hijo) en una suerte de peregrinación buscando imágenes en esta urbe que es descrita por Gabriel García Márquez así, “…creo que es una ciudad del siglo XX, una ciudad de toda la humanidad. Con una semana en Nueva York, uno queda al día en cine, teatro, espectáculos, librerías… Puedo pasar días enteros descubriendo cosas”.
Hernán Pereira Villanueva es un joven ingeniero iquiqueño que se ha interesado por la fotografía últimamente, como una forma de expresión visual y apoyo en su profesión. Sobre la experiencia de retratar NY explica lo siguiente: “Fotografiar por primera vez la ciudad de Nueva York en invierno fue una experiencia cautivadora. El aire frío y nítido envolvía los icónicos rascacielos, mientras la luz del sol jugaba entre las calles nevadas. Cada rincón parecía contar una historia distinta, desde el bullicioso Times Square hasta los tranquilos parques cubiertos de nieve”. También explica que se sintió “abrumado por la energía incesante de la ciudad y emocionado por capturar su belleza única a través de mi lente. Cada fotografía era un intento de congelar el momento y compartir la magia de este lugar con muchas personas”.
“Debe ser una de las urbes multiculturales que concentra la mayor variedad de placeres en un espacio reducido. Ya sean frívolos o profundos, espirituales o que acaricien nuestros sentidos”.
Debe ser una de las urbes multiculturales que concentra la mayor variedad de placeres en un espacio reducido. Ya sean frívolos o profundos, espirituales o que acaricien nuestros sentidos. Si considera que “el cielo es el límite”, puede ir al Empire State Building y contemplar la ciudad desde 381 metros de altura. Si prefiere la vida en movimiento, tome un autobús que le mostrará los detalles de la metrópoli, casi hasta el infinito. Si es (o no es) underground, utilice el metro; por tres dólares puede llegar rápidamente a cualquier lugar. Si le apasiona el arte, visite uno de los numerosos museos (Metropolitan, Moma, Guggenheim, Cloisters) para admirar la creación artística de casi todas las culturas del mundo. No olvide el teatro o los musicales que en la zona de Times Square presentan lo mejor del género cada semana.
Desde el Empire State se domina el paisaje de Manhattan. Alguna vez fue el edificio más alto del mundo; hoy hay varios que le quitaron el trono, pero sigue siendo alucinante estar ahí arriba.
Los rascacielos de Nueva York siempre nos dejarán la sensación de que somos muy pequeños. Y que el hombre puede conquistar el cielo, si se lo propone.
Expresiones artísticas como la literatura, el cine, la fotografía, la pintura y el arte callejero, se han encargado de retratar Nueva York desde diversas perspectivas. Vale la pena estar allí y releer clásicos como “El gran Gatsby” de Scott Fitzgerald o “El guardián entre el centeno” de J. D. Salinger. Luego, explore más para encontrarse con películas impactantes e imperdibles como “Taxi Driver” o “Cowboy de medianoche”, sin olvidar la sencilla y profunda “Manhattan” de Woody Allen.
Si hay algo que los estadounidenses hacen muy bien, es poner todo lo que venden en un atractivo envoltorio. Nueva York no es la excepción, y esto se percibe en la promoción turística, la publicidad de Times Square, los sitios web que promocionan sus tiendas y las bolsas de productos que reciben los clientes. Todo está diseñado para facilitar la compra y venta, y para que el cliente regrese. Quizás por eso, al salir de un negocio, compre o no, alguien le dirá: “Have a nice day, come back”. (Que tenga un buen día, vuelva pronto).
“Si hay algo que los estadounidenses hacen muy bien, es poner todo lo que venden en un atractivo envoltorio. Nueva York no es la excepción, y esto se percibe en la promoción turística”.
Las fotografías de esta serie muestran innumerables lugares de Nueva York en invierno. El principal desafío fue lograr imágenes únicas donde predomina el gris, la bruma y nieve. Algunas son fotos callejeras, retratos al pasar, algo del paisaje urbano y humano que es multicultural, algún detalle inspirador. Y, por supuesto, la Zona Cero, donde hoy se puede visitar un memorial que honra a las víctimas del 11 de septiembre de 2001. Este lugar trágico y silencioso tiene misterio e invita a la reflexión. Quizás, como una forma de recordar y entender a los que fallecieron allí, sea apropiado traer a la memoria una parte del poema de Oscar Hahn, “Nueva York hora cero”: “Yo mismo no sé qué estoy haciendo aquí / Me miro en una vitrina de Macy's / y no aparece mi imagen / Mi reflejo / también abandonó la ciudad / Nada refleja nada / Sin embargo veo, huelo, palpo, gusto y escucho / sin sentidos…”
Entretención siempre habrá en Nueva York, aunque la temperatura pretenda desanimarnos. Una pista de hielo es una buena pista
Continuamos para concluir el viaje en Central Park. En cualquier estación del año, recibe a personas que quieren descansar, trotar, patinar, recorrerlo en bicicleta o en un coche tirado por caballos. Es quizás el lugar más amigable y democrático de Manhattan, además de ser la zona ideal para el deporte, la auto contemplación, el romance, un picnic, o simplemente sentir que el tiempo pasa sin apuro. Tiene un zoológico pequeño que permite observar animales entre rascacielos y edificios con departamentos que cuestan varios millones de dólares. Así que, ya sea que tenga muchos o pocos dólares en la billetera, Nueva York permite conocer y disfrutar los placeres de un lugar hecho para el hedonismo en el mejor sentido y como los griegos recomendaban practicarlo. Hay que ir alguna vez, y volver de vez en cuando, según sea su capacidad de gozar hasta el límite. Y descubrir qué hay más allá.
En cualquier esquina de la Gran Manzana uno puede encontrarse con una Top Model. O con alguien que nada tiene que ver con ello, pero que -en Nueva York- puede serlo por un instante.
El Festival Internacional de Teatro y Danza FINTDAZ, presentó la nueva imagen de su décimo séptima edición, la cual se desarrollará del 19 al 26 de octubre del 2024, en las comunas de Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte, Pica y Huara, Región de Tarapacá. Además, anunció cuáles son las ocho obras internacionales que fueron seleccionadas para participar.
La exhibición invita a realizar un recorrido museográfico sobre la presencia de este ancestral brebaje en distintos contextos históricos, junto a su desarrollo en Tarapacá, a través de una colección integrada por piezas, artefactos y artículos relacionados con su elaboración.
A fines del año pasado fue distinguida por sus pares en la tercera versión de los Premios de Artes, Cultura y Patrimonio “Guillermo Jorquera Morales”. Se trata de una artista con más de cuarenta años de oficio, que en su momento superó el machismo y se ha ganado la valoración de las nuevas generaciones.
En la versión de este año se realizaron tres audiciones en diversos puntos de la capital regional y a ellas acudieron 43 participantes de las cuales, en la categoría “Festival”, 10 llegaron a la semifinal del pasado sábado 30 de marzo.
