Celebrar la vida en el mar gracias a la ANCHOVETA

Espectáculo inédito en nuestra costa, debido a una tregua en su captura.

Ciencia y Medio Ambiente11/08/2020 Reinaldo Berríos González
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AnchovetasFoto: Marensepia

Una pausa de casi ocho meses en la pesca de la anchoveta dentro de las cinco millas marinas de nuestra región, así como de Arica y Parinacota, permitió disfrutar de un espectáculo inédito en los últimos años: el avistamiento de delfines, ballenas y numerosas especies que acompañan a este diminuto pez, en la costa iquiqueña.

Y esto porque un recurso de protección presentado ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso por un pescador artesanal de Arica, impidió -con una orden de no innovar, a contar del 13 de octubre de 2019- que las grandes naves pesqueras “perforaran” las cinco millas marinas, a la siga de la anchoveta. El 3 de junio pasado, el recurso fue rechazado por la Corte y, por consiguiente, la orden de no innovar quedó sin efecto, lo que implica la autorización de la actividad pesquera industrial en la zona hasta el 31 de diciembre de 2022.

En todo Chile las primeras cinco millas son dedicadas exclusivamente a la pesca artesanal, porque el talud es bastante estrecho y la zona más rica está dentro de ella.

Este periodo, esta tregua, dicen los pescadores artesanales de nuestra región, fue una prueba irrefutable de que un ordenamiento pesquero “con la actividad cerquera fuera de la zona costera”, termina siendo beneficioso para los recursos y la alimentación de la gente. Tarapacá Insitu conversó con la directora Ejecutiva de Oceana Chile, Liesbeth van der Meer, sobre el tema.

-Hace muy poco, Ustedes, en Oceana, habían destacado la abundancia de vida marina en el sector de Pisagua.

-Exactamente. Queríamos ver cómo vivían las anchovetas y de repente, conversando con los pescadores artesanales, descubrimos un mundo nuevo. Cuando uno bucea piensa -por ejemplo- en Punta de Choros para ver abundancia. Sin embargo, en Pisagua, la cantidad de biodiversidad que vimos, de peces grandes, nos sorprendió gratamente. Vimos especies que en otras partes de Chile ya están extintas. Fue una sorpresa y una maravilla.

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-Persiguiendo las anchovetas descubrieron esta maravilla. Y, a propósito, ¿la pesca industrial nuevamente va a poder pescar anchoveta dentro de las cinco millas marinas, tras el rechazo del recurso de protección?

-Esta es una historia que comienza con la ley de pesca. En todo Chile las primeras cinco millas son dedicadas exclusivamente a la pesca artesanal y esto por una razón muy simple: porque el talud de Chile es bastante estrecho y la zona más rica está dentro de estas cinco millas. Se dejó en exclusiva estas cinco millas para la pesca artesanal y el resto para la pesca industrial. 

-No obstante, este principio general, ¿se pueden autorizar zonas para que esas cinco millas puedan ser “perforadas” por los industriales?

-Entre Arica-Parinacota y Antofagasta hay 15 zonas de penetración (donde se puede autorizar a la pesca industrial adentrarse en las cinco millas), que deben ser autorizadas por el Consejo Zonal de Pesca. Como el recurso de protección que impedía la penetración de esta zona fue declarado inadmisible, la Subsecretaría de Pesca señala que los industriales pueden volver a pescar dentro de las cinco millas. Eso es lo que pasó.

La anchoveta es la escala básica de todos los otros peces que hay en esa zona. Y atrae a todos sus depredadores, que vienen detrás de ella: el lenguado, la cabrilla, la corvina, el bonito, el apañado.

-Con respecto a la biodiversidad que trae aparejada la anchoveta en esta zona, tan cerca de la costa, ¿qué nos podrías decir?

-Igual que en el mundo terrestre con las tramas tróficas, la anchoveta es la escala básica de todos los otros peces que hay en esa zona. Entonces como viene muy costera, sobre todo cuando está chiquita, atrae a todos sus depredadores, que vienen detrás de ella: el lenguado, la cabrilla, la corvina, el bonito, el apañado. Y ahí es súper fácil pescarlos, porque están persiguiendo a la anchoveta. O sea, para los pescadores artesanales es más fácil. Entonces, efectivamente, la anchoveta sostiene todo este ecosistema.

-Y entonces la pesca de cerco, al interior de las cinco millas, ¿no sólo se lleva a la anchoveta, sino a todos sus acompañantes?

-Exactamente. Cuando vienen los cercos, lamentablemente, atrapan otras especies que no son el objetivo de la pesca de cerco; entonces ese es el problema del cerco. Es muy difícil diferenciar lo que se pesca; lo que es anchoveta, de lo que no es.    

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-Estamos hablando de especies que son altamente cotizadas para el consumo humano, que precisamente echamos de menos en las mesas de nuestros hogares…

-Lo que tiene que haber en Chile y eso es algo de seguridad alimentaria, es que todos esos peces deben ser destinados para el consumo humano. No puede ser que estos recursos terminen como harina de pescado. Hay que considerar que el 70% de nuestros recursos pesqueros están sobreexplotados o colapsados; hay que pensar que todas las comunidades costeras se alimentaban de pescados. Hoy día es muy difícil encontrar esas especies. A raíz de esta ventana, en que los industriales no podían pescar en las cinco millas, había bastante abundancia y el pescado estaba bastante barato en la costa. 

-¿Y estas zonas de perforación existen en todo Chile?

-Existen también en otros lugares, como en la Cuarta y en la Octava regiones, por ejemplo, pero en esos lugares se prohibió la perforación. Acá es el Consejo Zonal de Pesca y los pescadores artesanales los que autorizan la penetración de esta zona. Y eso es lo que está pasando en la zona de Arica-Parinacota y Tarapacá. Hay una autorización explícita desde los pescadores artesanales de esa zona para dejarlos entrar. Obviamente, no son todos quienes quieren que esto se produzca, pero los que están en el Consejo Zonal son los que deciden. Entonces se trata de una decisión regional; ellos tienen la sartén por el mango.

-¿Qué debiera ocurrir en nuestra región con este tema, en las próximas semanas y meses?

-La perforación está por ley de pesca. Y son los integrantes del Consejo Zonal de Pesca quienes tienen que ponerse de acuerdo; son ellos los que tienen que prohibir, si es que quieren evitar zonas de perforación en esa región. Esos son los procesos legales. Lo otro sería cambiar la ley de pesca y eso es más difícil. También hay que entender que, aunque estén cerradas las zonas de perforación y los artesanales vienen a pescar con cerco, la situación sigue siendo la misma. Aquí lo que hay que regular es el arte de pesca, dentro de las cinco millas, porque también hay pescadores artesanales que pescan con cerco. Entonces, no es sólo una batalla en contra de la industria, sino del tipo de artes de pesca que se usan. Que tienen que ser sustentables y muy específicos. 


Fotos: Marensepia. Las imágenes fueron tomadas en este último tiempo entre Mejillones y Arica y muestran el espectáculo natural generado por la anchoveta en nuestras costas. Marensepia es una empresa especializada en entregar servicios integrales de fotografía de naturaleza. 


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El despertar de la naturaleza marina nortina

Por Rodrigo Oliva (*)

El artículo 47 de la actual Ley General de Pesca y Acuicultura define una zona de resguardo exclusivo la para la pesca artesanal: Las primeras 5 millas medidas desde la costa hacia el Oeste. Las “famosas cinco millas” como en un medio local indicaba el representante del sector industrial pesquero, es a lo largo de Chile, una zona de reserva para la pesca artesanal. No obstante, para el caso de la macrozona norte, esta situación es relativizada de manera permanente. La Subsecretaria de Pesca desde el año 1994 ha autorizado la operación industrial en dicha área, lo que ha generado una explotación intensiva e incesante de los recursos pelágicos costeros, fundamentalmente la anchoveta. 

Históricamente la aprobación de dicha medida ha generado una profunda controversia en el sector pesquero, y a abierto capítulos muy oscuros de las tramas normativas de la institucionalidad pesquera nacional. Actualmente, según el artículo 47 de la LGPA es la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura quien autorizará la operación industrial en las zonas reservadas para la pesca artesanal, previo informe del Consejo Zonal de Pesca respectivo, siendo esta medida sometida a votación. 

Tras las modificaciones normativas, la pesca artesanal quedo sub representada respecto a todos los representantes del sector industrial en dicha instancia. Lo que ha generado que se establezca una protección institucional de facto pro industria. Pero, más allá de entender el problema desde una perspectiva pesquera, es preciso comprender también sus dimensiones sociales y ecológicas.

Con fecha 13 de octubre del año 2019, se presenta en la corte de apelaciones de Valparaíso un recurso de protección (Rol ICA N°31.44-2019) en contra de la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura por la dictación de la Resolución Exenta N°3075 del año 2019, mediante la cual autorizó la operación de la flota industrial en el área de reserva artesanal de las regiones de Arica y Parinacota y de la región de Tarapacá, desde el 01 de enero del 2020 hasta el 31 de diciembre del año 2022. 

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Como respuesta, el 25 de octubre del año 2019, la corte decreta la orden de “no innovar” con lo cual suspende en consecuencia los efectos de la resolución exenta objetada. Con ello, la industria pesquera se ve restringida de acceder a la zona de resguardo de la pesca artesanal, y se interrumpen más de dos décadas de explotación pesquera industrial en dicha zona. Luego el 4 de junio del 2020 la corte levanta la orden de “no innovar” y se establece nuevamente la posibilidad de operar dentro de las zonas de uso exclusivo de la pesca artesanal. 

Durante dicho periodo se aprecia también una importante abundancia de anchoveta cerca de la costa. Llegando incluso a varar en las costas del Morro y la península de Cavancha. En los ecosistemas de surgencia, los pequeños pelágicos prestan servicio a una variada gama de depredadores.  Por lo tanto, junto a ellas, se observaba una amplia diversidad de especies predadoras; a los habituales lobos marinos, se le sumaban delfines, piqueros, pelicanos, bonitos, jureles, caballas e incluso las esquivas ballenas, entre otras especies que en su curiosidad atendían al frenesí alimentario que se provocaba cerca de la costa,  ante la mirada atónica de miles de nortinos y nortinas que veían “hervir el agua”, clara señal de la presencia de un cardumen de anchoveta y de bonitos alimentándose de ellas. 

(*) Ingeniero. Mg. Medio Ambiente. Mg. Ciencias mención biología pesquera (c)

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