Este orgullo que tengo: arte popular y lucha LGBTQ en Chile por el poder interpretativo
Arte y Cultura21/01/2025Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025
El 30 de mayo de 1897, Luis Oddó exhibe “Una cueca en Cavancha”, filme que muestra “la muy popular cueca, se ofrece á [sic] los ojos de los espectadores admirablemente bailada por una entusiasta pareja”. (Diario El Nacional). Con esta exhibición, nace el cine chileno.
Arte y Cultura20/06/2022 Marcelo Morales C (*)En un norte pujante y con ansias de modernidad, gracias a la bonanza económica que trajo la producción del salitre, el cine chileno nació de la mano de un fotógrafo llamado Luis Oddó Osorio, quien logró desentrañar la compleja técnica de filmar con el cinematógrafo. Fue entonces que, en los meses de mayo y junio de 1896, exhibió y filmó una serie de escenas en Iquique, las que según los diarios de la época fueron todo un éxito.
De esta manera, las primeras películas chilenas de las que se tenga registro se estrenaron a menos de un año de la primera exhibición del cinematógrafo, la que ocurrió en Santiago el 26 de agosto de 1896. Sin dudas, Oddó era un adelantado en el manejo de la técnica fotográfica.
Como bien señala el diario El Tarapacá el 1 de junio de 1897, filmar películas era de una complejidad altísima: “el procedimiento se guarda secreto por los inventores i que requiere una instalación complicada i dispendiosa y aficionados”. Aún así (como dice la misma publicación) “el fotógrafo señor Oddó, después de pacientes estudios, i no pocos gastos, ha descifrado el problema i los habitantes de Iquique tendremos el placer de ver por primera vez escenas animadas de temas locales”.
HOTEL ODDÓ
Nacido en 1865, Juan Luis Oddó Osorio era hijo de Félix Henri Oddó, un francés que había llegado a Chile en 1843 proveniente de Marsella, Francia. Asentado en Valparaíso, Félix Oddó, con 27 años, se convirtió en un respetado y exitoso empresario hotelero, dueño de reconocidos establecimientos como el Hotel Continental, el primer hotel que se instaló en el país.
El negocio luego se establecería en Santiago, con el Hotel Oddó ubicado en Huérfanos con Ahumada (Joaquín Edwards Bello se refiere a él en el libro “Hotel Oddó). Además de Luis, Félix Oddó era padre de Carlos y Henri. Este último es quien sigue con la empresa hotelera, mientras Carlos y Luis tienen un interés por la fotografía. Según el libro “Fotógrafos en Chile durante el siglo XIX” de Hernán Rodríguez, los hermanos Oddó se habían establecido en un local en la calle Puente nº8 hacia 1888.
Fotografía tomada por Luis Oddó, en su estudio de Serrano 32.
Al poco tiempo después, Carlos emigraría hacia Concepción en donde seguiría con el oficio fotográfico hasta su muerte en 1915. Mientras que Luis, luego de la muerte de su padre en 1890, decide irse al norte, a Iquique. Ahí en donde las noticias de la modernidad y las promesas de una mejor vida venían de la mano con la explotación salitrera.
No fue fácil el comienzo, en donde alternó la actividad fotográfica con faenas mineras, pero todo parece indicar que Oddó tenía una gran capacidad para establecer contactos sociales importantes. Fue así que, en 1891, con la venta de acciones del yacimiento de Santa Rosa y tras asociarse con el empresario Antonio Hameau, adquiere el local fotográfico de Luis Boudat ubicado en la calle Serrano nº32 (paradojalmente, el primer Hotel de su padre se instaló en Valparaíso, en una calle del mismo nombre).
“Oddó y Cía.” se levantó entonces como una empresa dedicada a realizar retratos personales y grupales. El fotógrafo realiza encargos para registrar faenas de salitreras encargadas por la Compañía del Ferrocarril de Agua Santa (publicadas recientemente en un fabuloso libro, gracias a la Fundación Pro Cultura), como también otras fotografías a pedido de la Municipalidad de Iquique para celebrar los 400 años del descubrimiento de América, en 1892.
El prestigio de su casa fotográfica, junto con su nombre dentro de la alta sociedad iquiqueña, creció. Así, en 1892 adquirió la parte de Hameau y el negocio quedó totalmente bajo su tutela. Oddó también forma parte del Cuerpo de Bomberos de la ciudad, específicamente de la 7º Compañía “Tarapacá”, con el cargo de Teniente 2º y realiza algunas fotografías de sus compañeros y autoridades superiores.
Pero ya por estos años Oddó comienza a tener una cercanía con las “imágenes en movimiento”. Según lo pudo establecer Eliana Jara, ya en 1892 Oddó realiza espectáculos de “linterna mágica y vistas disolventes, espectáculos muy apreciados por el público y muy recurrentes por los fotógrafos que habían crecido en gran cantidad” (Jara en “Albúm Compañía del Ferrocarril de Agua Santa”; pág. 8).
El único testimonio fotográfico de Luis Oddó. De sus películas, nada se sabe.
Espectáculos de alrededor de una hora, de paisajes del desierto y monumentos extranjeros, también se daban espacios a cuadros con escenas de la contingencia, como fotografías de las batallas de Concón y Placilla, durante la Guerra Civil de 1891 que acabó con el gobierno de Balmaceda. Sucesos que Oddó proyectaba con estas técnicas que ansiaban reproducir los movimientos de la naturaleza y más, el movimiento de las máquinas y del mundo fragmentado que se está configurando gracias a esto.
Es por esta ansiedad que el cine nace como consecuencia natural de su época, en cuanto a esto tomaremos lo que señala Angel Quintana: “El cine surge como una tecnología que permite la circulación, la movilidad de la mirada y la restitución de lo efímero, pero también como un medio de expresión constitutivo de una nueva colectividad” (Quintana: “El advenimiento del cine como nueva imagen”, pág 13.).
El impacto del invento acentuó su proliferación y comenzaron a circular distintos modelos derivados del invento de los Lumière: el Vitascospio de Edison, el Byoscope, cinematógrafo Demeny, entre otros. Es entendible tanto por sus intereses ya mencionados, como el de estar en una ciudad bullente como Iquique donde todo signo de modernidad tecnológica era seguido de cerca, que Oddó adquiera un modelo Demeny de 35 mm que proyectaba una imagen de 7 metros de ancho por 5 de alto.
Haciéndose también de varias películas (algunas de los Lumière y otras de Edison, como la popular La Serpentina), monta una serie de exhibiciones, las que comienzan en el mes de mayo de 1897 en el Salón de la Filarmónica de Iquique. Tal vez la primera exhibición (al menos registrada por el diario El Tarapacá), habría sido el 15 de mayo. Ahí, Oddó exhibió tres tandas de películas, un total de treinta películas. Una sesión que debe haber durado alrededor de media hora.
Pero a los pocos días Oddó, según lo atestiguan los diarios El Tarapacá y La Patria, logró dar con la clave para generar sus propias películas. “El señor Oddó ha dado con el secreto que a muchos fotógrafos [sic] americanos les había sido imposible de encontrar”, dice La Patria el 21 de mayo de 1897. Cabe recordar que las máquinas eran tanto proyectoras como filmadoras, aunque esta última técnica era efectivamente guardada con celo por las primeras empresas filmadoras. Así lo expresa un artículo del diario El Tarapacá del 1 de junio de 1897: “Hasta el presente este delicado trabajo, que requiere máquinas muy complicadas, había sido el privilejio [sic] de los constructores é inventores de estos aparatos en Europa, los cuales naturalmente se hacen pagar carísimo tal operación”.
Es por eso que es notable el paso que da Oddó. Así, la noche anterior, el 30 de mayo, para sorpresa de los asistentes, Oddó exhibe Una cueca en Cavancha, filme que muestra “la muy popular cueca, se ofrece á [sic] los ojos de los espectadores admirablemente bailada por una entusiasta pareja” (El Nacional, 30 de mayo de 1897). De esta manera, la noche del jueves 30 de mayo de 1897, con Una cueca en Cavancha, nace el cine chileno.
(*) Extracto del artículo publicado en cinechile.cl
Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025
A casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, que se sienten a cada paso, en la localidad de Mauque, se desarrolló una fiesta que permite conocer la cultura de una comunidad aislada del resto del país.
Se recibieron fotografías de 13 regiones del país y destacó una mayor participación de las regiones Metropolitana, Los Ríos, Valparaíso y Magallanes y la Antártica Chilena.
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Proyecto organizado por la Compañía de Teatro Antifaz y financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, Convocatoria 2023; Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Línea Festivales y Encuentros de Trayectoria, Convocatoria 2024; Ley de Donaciones Culturales; Gobierno Regional de Tarapacá junto al Consejo Regional de Tarapacá, a través del 8% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional de Cultura 2024 y Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi.
El Museo Regional de Iquique (MRI) es el escenario de “Miradas de colección: Barros Cruzados”, un proyecto de arte prehispánico y contemporáneo en Tarapacá, que surge como una propuesta de curaduría en arte y educación a desarrollar anualmente en esta institución cultural.
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