UN MATRIMONIO “GRINGO” EN BUSCA DE LA ALBACORA GIGANTE

Este artículo del profesor e historiador Juan Vásquez Trigo se basa en el libro “The Search for the Giant Broad Bill” publicado en 1957, por Eugenie Marron, y en una serie de publicaciones y sitios especializados en la pesca deportiva de alta mar. Tanto Eugenie, como Lou, llegarían al “Salón de la Fama” de la International Game Fish Association (IGFA), por sus récords obtenidos en Iquique.

Memoria 10/09/2020 Juan Vásquez Trigo (*)
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Toda la fuerza de la albacora, en esta foto del momento en Eddie Wall logra sostenerla con el cable guía. Foto del libro de Eugenie Marron, 1957.

EL ARRIBO

Eugenie y Louis Marron, originarios de Brielle, Nueva Jersey, llegaron como muchos estadounidenses, en la Pan-American Grace Airways, la “Panagra”, que operaba rutas desde Norteamérica a Sudamérica, en tiempos del esplendor de la pesca deportiva de albacoras y marlines, en las décadas del 40 y del 50. El matrimonio, con 30 años de casados, compartieron el amor por el mar y la pasión por la pesca. Lou, exitoso empresario y presidente de la Coastal Oil Company de Nueva Jersey, se permitía lujos que, para este caso, se traducían en una colección de aparejos de pesca marca Vom Hofes y Fin-Nor, utilizada por legendarios pescadores de albacoras como Ernest Hemingway. Así llegaron los Marron, en 1952, tras el sueño de la Albacora Gigante.  

Los Marron, navegaron juntos por la vida y por muchos mares. Pero sus lugares preferidos fueron el Perú y el norte chileno, por las características de la Corriente de Humboldt que, con sus afloramientos de aguas frías, brindaba las mayores posibilidades de alcanzar el soñado pez gigante. Sus destinos en Chile eran Tocopilla e Iquique, con sus litorales ya reconocidos por ser pródigos en peces de muchas especies, desde las anchovetas, hasta los marlines y albacoras. 

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El matrimonio de Eugenie y Louis Marron, posando con la albacora récord del mundo.


SALÓN DE LA FAMA

Fue Lou quien, el 7 de mayo de 1953, pesca la tan anhelada albacora, marcando un precedente que por décadas, han buscado romper experimentados pescadores deportivos, sin poder igualarle. El registro marcó 1.182 libras (unos 536 kilos), en lo que hasta hoy es el récord máximo logrado por un hombre, en la pesca deportiva del pez espada. 

La persistencia de los Marron, tendrá todavía más preseas que celebrar, cuando Gene pesca, el 8 de junio de 1954, una albacora de 772 libras (unos 350 kilos), siendo la primera mujer en establecer un récord mundial en la pesca deportiva en alta mar. Por supuesto, en una expedición junto a Lou y en este litoral iquiqueño, en un registro hasta hoy no superado, donde logró otros 3 récords con marlines, en que el mayor registró 321 libras, todos en este litoral. Tanto Eugenie, como Lou, llegarían al “Salón de la Fama” de la International Game Fish Association (IGFA), por sus récords obtenidos en Iquique.

La Leyenda de “Bosco”. Para los pescadores de alta mar, “Bosco” nada en algún océano del mundo, desafiando a sus mejores y más aventurados perseguidores, como los Marron. En Cabo Blanco, Perú, antiguos guías de expediciones oceánicas señalan que, “Bosco” es un marlín negro, elegante y más grande que cualquier pez conocido. 

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Lou Marron, en la Revista Sports-Illustrated, del 30 de julio de 1956.

EL DÍA DEL RÉCORD MAYOR

Este es el relato de Eugenie del episodio, que les llevaría al podio de los pescadores deportivos. Y a Iquique y su Mar, como el lugar donde tan legendaria e histórica albacora fue por fin pescada (traducción propia, simplificada y complementada): “Lou y yo habíamos estado buscando, desde el viaje anterior, a “Bosco”. Sabíamos de los peces espada que nadaban en estas aguas, pero, aunque insistíamos, no llegábamos a nada que se aproximara al tamaño de “Bosco”, como lo imaginábamos [más de 1000 libras]”.

“Un día, mientras nuestro viejo bote, el Flying Heart III, navegaba en un mar apacible, vimos unas enormes aletas dorsales. "¡Bosco!", exclamó Lou de inmediato... Todos a bordo se pusieron en acción y comenzaron a cebar, antes de que el sonido del grito de Lou se desvaneciera. Lou tiró de la línea del carrete Fin-Nor y se quedó sosteniendo el extremo de lienza en su mano. Esperamos sin aliento. Esa enorme aleta dorsal parecía la vela mayor de un velero. Eddie Wall, veterano de muchos safaris de pesca de pez espada, maniobraba con una maravillosa habilidad, tanto con el barco como con el cebo, hasta ponerlo justo en la nariz de la albacora. El pez se volvió. Nuevamente maniobramos. Esta vez, con un gran chapoteo de su poderosa cola, “Bosco” soltó el anzuelo y arremetió”. 

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“Lou estaba en la silla, esperando y observando. El suspenso nos atrapó a todos. Un poco de la línea se desenrolló, luego un poco más, cada vez más rápido. ¡Huelga! Adelante con el bote", gritó Lou. Habíamos atrapado a “Bosco”, el rey de reyes. Lou trabajaba, impulsado por una fuerza tremenda... Pasaron más de 55 minutos antes de que la albacora gigante fuera enganchada totalmente por el anzuelo. La siguiente hora, nos llevó casi más allá de la resistencia: doce veces más, doce batallas separadas, en cada una de las cuales Lou logra aproximarla al bote, solo para que escape de nuestro alcance y se aleje veloz. Fue la hora más difícil de mi vida”. 

“Tomé los controles para que Eddie, comandase desde el timón. En esa decimotercera carrera, terminó la lucha. “Bosco” se había acercado demasiado. Eddie envolvió el pesado cable guía alrededor de sus manos y lo sostuvo, logrando colocarlo como una mordaza resistiendo a “Bosco” y sus embestidas. Era nuestro: ¡Bosco, el rey del mar! ¡Qué Goliat! “Lou apenas podía contenerse, cuando finalmente vi ese gran pez en la popa”. "Bosco", suspiró Lou, con la reverencia de un sacerdote en el altar”. El récord mundial hasta entonces, lo ostentaba Aksel Wichfeld, con un marlín azul de 742 libras, pescado en Bimini, Bahamas, el 19 de junio de 1949.

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Récord no igualado hasta hoy por un pescador, hombre, de albacora o pez espada: Lou Marron, 7 de mayo de 1953, en el Litoral de Iquique. Foto: IGFA.

LOS MARRON E IQUIQUE

Eugene Marron narra mucho más sobre la ciudad, su mar y sus habitantes en los años 50. Como cuando se accidenta en el Hotel Prat, siendo atendida por el Doctor Juan Lombardi Borgoglio, quien recibió el libro base de este artículo, de una Gene muy agradecida. Está el testimonio de don Gustavo Zeballos, participante y único testigo vivo de esa epopeya. De quienes prestaron su apoyo para esta gesta, como Ben Claro, director de Pesquera Iquique, y el capitán Louie Marincovich. Iquique, Tierra de Campeones, no ha sumado entre sus glorias, este acontecimiento de importancia mundial, alcanzado por los Marron en 1953 y 1954, en este su mar, en un hito en la pesca deportiva internacional, que debe hallar su sitial en nuestra historia, para ser contada de generación en generación, para que sepan más de esta albacora, tan vinculada a nuestra gente, a su gastronomía, y a su historia, que los Marron, se encargaron de hacerla Universal.

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(*) Profesor-Historiador

Homenaje, en inglés, de la IGFA, a los Marron, en el Salón de la Fama. 



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