Este orgullo que tengo: arte popular y lucha LGBTQ en Chile por el poder interpretativo
Arte y Cultura21/01/2025Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025
Juan Podestá Barnao escribe y escribe. Y lee, claro. Un escritor es, antes que todo, un lector compulsivo. No podría ser de otro modo. Toda la vida no alcanza para vivir lo que otros han contado en los libros. En esta entrevista realizada por otro escritor y compañero de fechorías, nos muestra su lado más íntimo. Mientras escribe y bebe, ahora último, sólo agua.
Arte y Cultura01/10/2024 Rodrigo Ramos BañadosFotos: Hernán Pereira
La ruta entre pasillos lleva inevitablemente al silencio. Digamos que puede ser el lugar en metros cuadrados con más libros en Iquique. Una casa envuelta en libros, con el aislante de una almohada de hojas de papel, tal vez si se echa a volar el ingenio. Es un condominio de la calle Obispo Labbé, al llegar a Bulnes, que en su entrada cobija a la Fundación Crear, que mantiene una noble biblioteca destinada a la identidad nortina y otros remedios.
En una de las tres casas ubicadas en el interior de ese frontis sugerente, habita junto a su madre, el escritor y periodista Juan Podestá Barnao, autor de obras como las novelas Isla Podestá (editorial Narrativa Punto Aparte) y la salvajemente lúdica Chonpen (editorial Navaja), entre otros textos. Podemos decir que Podestá Barnao es uno de los narradores más sólidos de estos lares –se puede consultar con nombre y apellido en Google-, que con una imaginación desbordante entre lo popular y a ratos lo espectral (Isla Podestá), constantemente está enganchando a insospechados lectores a través de sus textos –como cuenta más adelante en esta entrevista, se ha ganado el cariño de los escolares de un colegio de Tocopilla, donde Chonpen se hizo popular-.
Como dijo Jorge Luis Borges, “uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”. Esta entrevista empieza y termina en su biblioteca. En otro momento de la vida de Podestá, pudo haber comenzado en el segundo piso del bar Democrático.
El respectivo saludo a su madre, y luego el ascenso por una escalera al segundo piso de la casa donde se alcanza una bien poblada biblioteca. En el medio una computadora, más bien un procesador de textos cuando se trata de un escritor. Este es el lugar donde Podestá reflexiona, lee, escribe y trabaja. De repente también escucha sonidos extraños que atribuye a su abuela fallecida. Por ahí, en las paredes del santuario, asoman las marcas de alguna banda punk u otro resabio de sus gustos musicales. Algo contradictorio, el punk, para una zona donde predomina el silencio. Ramones ha sido la banda cabecera de su vida, por si no lo había notado.
Como dijo Jorge Luis Borges, “uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”. Esta entrevista empieza y termina en su biblioteca. En otro momento de la vida de Podestá, pudo haber comenzado en el segundo piso del bar Democrático.
La biblioteca, cuenta con entusiasmo, se fue tejiendo con autores de su gusto; libros de amigos y robados también, “como todos nosotros hemos robado libros” –asumo la complicidad y alguna que otra anécdota en conjunto-; los hay comprados y libros que no ha devuelto. “Un libro, además, te recomienda a otro y así a otro autor o autora”, afirma. Reconoce que a cada tanto, le gusta sentarse y contemplar los libros, lo que le provoca cierto placer; cuestión que al parecer es una constante de la pasión de los escritores hacia los textos. “Les paso el trapero, les saco el polvo. No los beso en todo caso (ríe). Les estoy ordenando constantemente. Si bien están ubicados por área, en este caso –indica- países: Rusia, España, Estados Unidos o Chile; después poesía y ensayo, para desembocar en Latinoamérica en general. Hay un Borges, otro por allá. Al final hice una categoría geográfica. Podría haber sido cualquier orden (piensa y sigue) …un orden más arbitrario por ejemplo, a través de las letras del alfabeto o por editoriales”, dice riendo.
Por ahí surge literatura nortina, de la clásica, con el Derroteros y Cangallas del taltalino Mario Bahamonde. “Era de mi papá (el recordado sociólogo Juan José Podestá Arzubiaga), del cual lo heredé. Hay unas crónicas donde aparece Hemingway pescando en una costa peruana… (Hemingway visitó el sur peruano para pescar merlines)”.
Consultar libros al momento de escribir es una práctica de muchos escritores, Podestá reconoce que siempre hay textos que lo ayudan en imágenes, “a veces por pura intuición elijo un par de libros y con estos me pongo a escribir. Los pongo al lado. Por ejemplo, La Torre Oscura de Stephen King, la encontré en los libreros de Baquedano. Es un western bastante oscuro -dice refiriéndose al libro-. Marqué algunas páginas para emular ciertas imágenes que me llamaron la atención, así las traté de reproducir a mi modo”, indica.
Respecto a lo que está escribiendo, dice que está imbuido en algo, pero sólo en la parte inicial. “Me quedé con isla Podestá, siempre con la memoria -Isla Podestá evoca a una isla como campo de concentración-. Con Chonpen estoy en la parte dos, ahí me doy curso a todas las enfermedades mentales que a todos nos afectan. Es un delirio”, dice. Reconoce que Chonpen también marca un época suya, “donde yo estuve en el gueveo... Estoy pegado con la noche -elucubra con una gesticulación rápida- de manera literaria. Siempre he querido escribir sobre la noche; una suerte de gran ensayo sobre ésta y la literatura. La noche de Blest Gana, la de Fuguet, la de Lemebel, la de Manuel Rojas, la de María Luisa Bombal, son a fin de cuentas noches tan distintas. La noche de la Mistral. Chonpen bebe de ese material nocturno, y tengo harto material”.
Chonpen es un libro que gusta harto en las escuelas. Hay profesores que se atreven con autores del territorio, para ellos -dice- los méritos. “Algunos pendejos se vuelven locos. Uno en Tocopilla me regaló un parchecito de los Ramones, porque vio a uno de esos personajes en Tocopilla. Y me lo puso (el parche). Como que los niños disfrutan mucho. Se cagan de la risa. Me dicen que lo leyeron súper rápido, o que empezaron por las notas al pie de página y después hacia arriba. Sale un tema especial, del formato o no formato de hacer puras notas al pie”, asevera.
Juan Podestá vive hace rato en Iquique, pero tiene la rareza a estas alturas de haber nacido en la ciudad de Alexis y Jodorowsky. “Me fui de Tocopilla rápidamente cuando niño. Siempre quedó pendiente el tema. Después volví un par de veces, hasta que definitivamente no volví. Ha sido muy lindo reencontrarme con Tocopilla, por el programa literario de un colegio. Me quedo en la casa de unos tíos. He ido a dar una vuelta durante esos días, pero la ciudad me entristeció. Mucho joven sin hacer nada a mediodía. Lo comparo con ese iquique depresivo de los ochenta. La costa es oscura, escarpada y hasta sucia. La playa no se extiende como Cavancha. El mar es muy bravo. Mucho roquerío. Hay un fenómeno que me llamó la atención: los vertederos de refrigeradores o teles, cerca incluso de donde vivía Alexis Sánchez. Es una ciudad bastante extraña”, indica.
Juan Podestá vive hace rato en Iquique, pero tiene la rareza a estas alturas de haber nacido en la ciudad de Alexis y Jodorowsky. “Me fui de Tocopilla rápidamente cuando niño, hasta que definitivamente no volví”.
El narrador hace un alto en la conversación. Bebe un sorbo de agua. Interrumpe el sonido del celular. Dialoga. Volvemos a Iquique, donde ha vivido por al menos 20 años en el centro. “Yo salía mucho y nunca me pasó nada. Me venía del Democrático por Obispo Labbé a las tres o cuatro de la mañana. Por ahí uno ve caras peligrosas, pero nada. Y luego vino el estallido, y después se desoló con la pandemia. Aquí (indica) se armó una ciudad de migrantes (el campamento de migrantes de la plaza Brasil) donde se puso peligroso. Pasaban cosas brígidas... El centro actual está más vacío. Aquí, en general, se dan fenómenos raros en la noche, como pasó con el bar Mi otra casa. En un momento llevó tanta gente que empezaron a trasladarse prostitutas y travestis para ese sector de Baquedano. Fue raro, pero respondió a la necesidad del momento, o sea, fue una micro migración de la prostitución”, dice.
Después de pandemia, varios cuarentones y cincuentones han partido por el temido Accidente Cerebrovascular o el ACV. Respecto a la muerte, reconoce que le genera pánico. “Se ha muerto mucha gente de los ambientes nocturnos. Yo lo atribuyo a que la generación de entre 40 y 60 años ha estado marcada por los excesos. En el Chile post dictadura los cabros se perdieron en una fiesta falsa. Eso se extendió hasta el 2010. Hay una tristeza generacional después de un despertar vacío tras chupar y jalar y otra parte de esa generación que es arribista, con personas despectivas, como algunos mineros que vemos acá con tremendos autos que apenas caben por la calle. Autos feos y aparatosos que ocupan toda la vereda”, indica.
“Se ha muerto mucha gente de los ambientes nocturnos. Yo lo atribuyo a que la generación de entre 40 y 60 años ha estado marcada por los excesos. En el Chile post dictadura los cabros se perdieron en una fiesta falsa”.
El amor le parece un tema complicado (como el nombre de uno de sus libros de relatos). Dice que se ha pensado más romántico de lo que es, pero al final ha convivido más con la soledad. “La soledad es compleja, pero siempre lidié con ésta. Soy hijo único. Por motivos familiares tuve que reducir el mundo a mi yo. Esa manera de negociación con la soledad, ha hecho que de alguna forma el amor de pareja fuera una cosa no tan presente. He tenido parejas importantes. Tuve una ruptura el año pasado y he tomado decisiones. Ahora me estoy dedicando a leer y escribir. Salgo a caminar, me tomo un café, leo, me aplico. A las 19 horas me pongo a escribir… disfruto mucho cuando me acuesto y hago una paginita. Soy lento para escribir… de a poco hago la corrección sobre la misma pantalla”, afirma.
Lo único que no encaja de Podestá con Iquique, hay que decirlo, es su poco interés por el deporte iquiqueño, sustentado en ese relato -para algunos cansador- de la “Tierra de Campeones”. “No vibro con el fútbol, pero tengo respeto a Deportes Iquique. Me gusta cuando gana porque mis amigos se ponen contentos. No soy futbolero ni me gusta el box. Mi vida ha sido de espaldas al deporte”, reconoce Podestá, mientras bebe otro sorbo de agua. Luego abre los ojos y me pregunta si sentí tal sonido. En tanto silencio, lo mínimo repercute. Se convence que es la abuelita, la que anda moviendo las puertas por su casa. Un poco de realismo mágico no está mal, para terminar aunque no diviso libros de García Márquez u otro de ese estilo en su torre de babel.
Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025
A casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, que se sienten a cada paso, en la localidad de Mauque, se desarrolló una fiesta que permite conocer la cultura de una comunidad aislada del resto del país.
Se recibieron fotografías de 13 regiones del país y destacó una mayor participación de las regiones Metropolitana, Los Ríos, Valparaíso y Magallanes y la Antártica Chilena.
La ceremonia de entrega a la comunidad de esta obra estuvo encabezada por el alcalde Mauricio Soria Macchiavello y el concejal Domingo Campodónico Saluzzi quienes estuvieron acompañados por familiares de Carlos González Rodríguez.
Entre otras actividades se realizó una típica velada pampina en el teatro de Humberstone, con la presentación de números artísticos de las agrupaciones, para cerrar con la Obra de Teatro “Los espectros de Nebraska". La noche concluyó con un baile en el que participaron las distintas agrupaciones pampinas.
El sábado 30 de noviembre, la Plaza 21 de Mayo vibró al ritmo de la música en el Encuentro de Orquestas “Tarapacá mi inspiración”, un homenaje organizado por la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles para celebrar el legado del destacado músico iquiqueño.
Más de mil invaluables caracolas recolectadas y entregadas por el Premio Nobel al plantel en 1954 son las protagonistas de esta nueva muestra disponible en la Sala Museo Gabriela Mistral de la Casa Central. Mediante diversos elementos artísticos, visuales y sonoros, la exposición aborda temáticas como el coleccionismo de especies biológicas, la riqueza del mundo de los moluscos y las problemáticas medioambientales.
Instalaciones robóticas, esculturas mecatrónicas, entornos sensoriales inmersivos, proyectos interactivos, visualizaciones de datos, tecnoperformance, piezas generativas y vida artificial: por fin, estas y muchas otras prácticas artístico-tecnológicas comenzaron a ganar protagonismo en las narrativas hegemónicas del arte contemporáneo.
Las participantes se unieron para desarrollar un lienzo colectivo adornado con prendas como sostenes las cuales ellas mismas bordaron, simbolizando la lucha y la resistencia ante esta enfermedad que en el país cada día cobra la vida de 3 a 4 mujeres, convirtiéndose en la primera causa de muerte en población femenina en Chile.
Proyecto organizado por la Compañía de Teatro Antifaz y financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, Convocatoria 2023; Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Línea Festivales y Encuentros de Trayectoria, Convocatoria 2024; Ley de Donaciones Culturales; Gobierno Regional de Tarapacá junto al Consejo Regional de Tarapacá, a través del 8% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional de Cultura 2024 y Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi.
El Museo Regional de Iquique (MRI) es el escenario de “Miradas de colección: Barros Cruzados”, un proyecto de arte prehispánico y contemporáneo en Tarapacá, que surge como una propuesta de curaduría en arte y educación a desarrollar anualmente en esta institución cultural.
Proyecto organizado por la Compañía de Teatro Antifaz y financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, Convocatoria 2023; Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Línea Festivales y Encuentros de Trayectoria, Convocatoria 2024; Ley de Donaciones Culturales; Gobierno Regional de Tarapacá junto al Consejo Regional de Tarapacá, a través del 8% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional de Cultura 2024 y Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi.
Se recibieron fotografías de 13 regiones del país y destacó una mayor participación de las regiones Metropolitana, Los Ríos, Valparaíso y Magallanes y la Antártica Chilena.
En este siglo, la premura de construir ciudades sostenibles y resilientes se ha convertido en una de las principales prioridades globales. Dos serían las razones más señaladas, primero la acelerada urbanización y segundo, lo que significó la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 que puso a prueba nuestras infraestructuras y sistemas urbanos.
Un estudio liderado por investigadores de Alemania aportó una perspectiva diferente sobre la vida en ambientes extremos. Cómo se podría aplicar para el estudio de Marte.
A casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, que se sienten a cada paso, en la localidad de Mauque, se desarrolló una fiesta que permite conocer la cultura de una comunidad aislada del resto del país.
Exposición en el Museo Regional de Iquique hasta el 2 de marzo 2025