BREVE HISTORIA DE LA “JORGE INOSTROSA”: Donde la organización hace la fuerza

A comienzos de la década del 50’ del siglo pasado ya se había iniciado el “problema de las tomas” en Iquique y con ello el “movimiento de los pobladores”. Desde esos años se suceden “las tomas” y posterior entrega de terrenos en la San Carlos (1952), Norte Hospital (1955), Caupolicán (1957) y O’Higgins (1963) por nombrar algunas, dando paso a las poblaciones marginales o “callampas” como las denominaba despectivamente la prensa de la época.

Memoria27/05/2020 Aníbal Valenzuela Sepúlveda
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Niños jugando en la pequeña plaza de la población John Kennedy.Fuente: Diario La Estrella de Iquique, Abril 1967.

A comienzos de la década del 50’ del siglo pasado ya se había iniciado el “problema de las tomas”[1] en Iquique y con ello el “movimiento de los pobladores”. Desde esos años se suceden “las tomas” y posterior entrega de terrenos en la San Carlos (1952), Norte Hospital (1955), Caupolicán (1957) y O’Higgins (1963) por nombrar algunas, dando paso a las poblaciones marginales o “callampas” como las denominaba despectivamente la prensa de la época. De esta manera el plano de Iquique se fue extendiendo hacia los puntos noreste y suroeste, incorporando a la ciudad, sólo entre los años 1952 y 1960, a casi 20 mil habitantes[2].

El cierre de algunas salitreras, y la consiguiente migración pampa-puerto, sumado al encarecimiento del arriendo (en conventillos y cites) en Iquique; crearon las condiciones propicias para que miles de familias (ex pampinas e iquiqueñas) cansadas de tantos abusos e injusticias comenzaran con las “tomas” de terreno, dando origen a un movimiento político, social y cultural que a costa de esfuerzos, solidaridad e innovación, luchará colectivamente por la conquista de la tierra y la construcción simbólica del territorio[3].

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Niño sacando agua de un pilón en la población John Kennedy. Diario La Estrella de Iquique, Abril 1967.

Muchas de estas familias encontraron en el sector norte de la ciudad la anhelada tierra prometida. Uno se esos grupos se estableció el año 1964 a los pies del Cementerio N° 2 (hoy desaparecido). Algunas de estas familias (unas catorce) habrían sido erradicadas y trasladadas en camiones por orden de la autoridad local por haberse tomado terrenos al costado del Convento Buen Pastor. De esta manera, se dio inicio a la que, en un primer momento, denominaron población John Kennedy. Las primeras familias provenían de la pampa y otras que ya vivían en el puerto. Laboralmente pertenecían a diversos rubros: ferroviarios, mariscadores, algunos funcionarios públicos y trabajadores de la industria pesquera, entre otros las mujeres “rederas”, dedicadas a la elaboración y reparación de redes. Otro ámbito laboral lo constituyó “la cantera”, ubicada a un costado de la misma población.

Una vecina nos comenta: “este sector no estaba urbanizado, eran puras dunas y nada más, que colindaban con el Cementerio Nº 2. Se fue ampliando el catastro de personas participantes en esta toma y después de un año, se dio por inaugurada la población”. 

Un reportaje en el diario La Estrella de la época señala: “como un ejemplo de lo que puede el trabajo en comunidad y la firme voluntad de contar con casa propia, puede calificarse el esfuerzo desarrollado por los pobladores del sector John Kennedy”. Al igual que otras poblaciones de ese tiempo, esta “se caracterizó en sus comienzos por sus construcciones de madera, cartones, sacos y un cuanto hay”[4] siguiendo siempre la lógica de la autoconstrucción. Así lo registra el mismo reportaje, “en esta población encontramos al más típico ejemplo de lo que significa la autoconstrucción: trabajo en horas de descanso y estrechez económica, pues el poco dinero que queda del jornal diario es destinado para la adquisición de materiales de construcción”. 

jorge inostrosa 5Una de las manzanas de la población John Kennedy. Diario La Estrella de Iquique, Abril 1967.

Sin embargo, la precariedad en la que viven: sin agua potable, sin alcantarillado y sin energía eléctrica; de tanto en tanto les pasaba la cuenta a los pobladores. Se suceden los incendios, los cuales afectaban a varias casas. El incendio más dramático que la gente recuerda fue el que costó la vida de dos “guagüitas”. A partir de esto, los dirigentes aceleraron las gestiones con las autoridades políticas[5] para conseguir el agua potable. Prontamente se instalaron pilones cuadra por medio, a los que los pobladores acudían cotidianamente.  Para transportar el agua llevaban un madero que atravesaban por sus hombros y del cual colgaban dos tarros, uno en cada extremo; más de una vecina comentaba que parecían “chinitos” cuando venían con el agua.

En relación a lo organizativo el ethos pampino era notorio, las prácticas sindicales y comunitarias aprendidas en la pampa ayudaron a la hora de fundar las organizaciones, autogestionar la solución a sus necesidades y exigir a las autoridades su derecho a los servicios básicos. Según el testimonio de Leokán Jaramillo, una de las primeras dirigentes de la población fue doña Rosa Contador, nombrada Presidente de Comité por los allí presentes. Otros dirigentes destacados fueron José Rodríguez, Enrique Márquez, Mateo Esteban C, Oscar Cortez y Marta Farías[6].

Según Alicia Naranjo, actual presidenta de la Junta de Vecinos, esta fue fundada el 6 de febrero de 1964[7]. Jaramillo, primer presidente de la Junta de Vecinos, señala en otra fuente que el “Primero de Mayo de 1965 se hizo presente y constituyó en los terrenos destinados a la plaza, don Edmundo Vera Garrido, abogado, ayudante de la Intendencia, quien convocó a los pobladores para que pudieran elegir libremente a los dirigentes de la Junta Vecinal. El acto eleccionario fue de palabra y por individuo, y arrojó el siguiente resultado: Presidente, Leokán Jaramillo; Vicepresidente, Mateo Esteban; Secretario, Iván Palacios; Tesorero, Manuel Díaz y Primer Director, Enrique Márquez”[8]. Otro dirigente recordado por los vecinos es don Joaquín Naranjo, quien también fue presidente de la junta vecinal (padre de la actual presidenta, fallecido el año 2006).

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Vista actual de la plaza de la población Jorge Inostroza. Fuente: Facebook Jorge Inostroza.

Otra organización que nació junto con la población fue la comunidad católica Pablo VI[9] (hoy Santa Teresa de Jesús de Los Andes). Hacia el año 1965 un grupo de vecinos (laicos) junto a los padres oblatos Roberto Quevillón y Antonio Ghyselen, a la hna. Oblata Teresa Belzide y con el apoyo de Caritas Chile; se dan a la tarea de formar una comunidad y de construir un templo. Los vecinos recuerdan mucho a la hna. Teresa, quien era enfermera y había llegado desde la lejana Canadá hasta estas áridas tierras. Con mucho esfuerzo gestionó los recursos desde el extranjero para levantar el templo y también, se señala, donaba parte de su sueldo que ganaba como enfermera en el Hospital Regional. Por su parte, los vecinos aportaban con la venta de dulces, que ella misma les había enseñado a fabricar. La comunidad también se destacaba por los “cuadros vivientes” (representaciones teatrales) que realizaban en semana santa y en navidad. En ellos participaban todos los integrantes de la familia, la gente era muy creyente y el centro de madres cooperaba con la confección de los trajes.

Por su parte, ese mismo año, las mujeres se organizan y fundan un centro de madres al que nombran “María Giglio”, en honor a la esposa del administrador del  Ferrocarril de Iquique a Pueblo Hundido, Eduardo Bobenrieth, de quien los pobladores estaban muy agradecidos, pues él había donado a la población algunos vagones, palos de postes y reflectores. Precisamente en esos vagones funcionó durante los primeros años la junta vecinal, el centro de madres y el primer teléfono. Y los reflectores constituyeron el primer sistema de alumbrado de la población.

En relación a los estudios, la mayoría de los niños y niñas de la población lo hicieron en la escuela San Francisco (de los padres franciscanos belgas) y en las escuelas públicas N° 5 y N° 16.

El 5 de enero de 1975 muere el iquiqueño Jorge Inostrosa Cuevas; escritor, libretista y comunicador, autor del libro “Adiós al Séptimo de Línea”. Y ese mismo año la población cambia su nombre de John Kennedy a Jorge Inostrosa. No está del todo claro si el cambio de nombre fue realizado por voluntad de los mismos pobladores o a “sugerencia” del gobierno militar.

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Niños/as, apoderados/as y trabajadores Centro Mi Refugio (Fundación Niños en la Huella) población Jorge Inostroza, 2017. Fuente: www.elboyaldia.cl

Por largos años “La Jorge”, como la llaman coloquialmente los vecinos, ha recibido el estigma inmerecido de ser una población peligrosa, sí, inmerecido, pues los datos de seguridad ciudadana así lo rarifican. Por el contrario, entre otras características, la población Jorge Inostrosa cuenta con una densidad organizativa que muy pocas poblaciones posee. Alrededor de su plaza se congregan la Junta de Vecinos, Centro de Madres María Giglio, Comunidad católica Pablo VI, Club de Amigos Eugenio Soto, Centro Comunitario Mi Refugio (Fundación Niños en la Huella), Circo Tierra de Campeones, batucada “Los Congrios” (conformada por jóvenes del sector); y si cruzamos Av. Luis Jaspard, nos encontramos con otra organización insigne, el Club Deportivo Livingstone[10]. Todas estas organizaciones y sus dirigentes han buscado siempre el bienestar de sus socios y vecinos, y han invertido tiempo y recursos para gestionar un sin fin de acciones (sociales, culturales, deportivas y religiosas) que han dotado de sentido y de una mejor calidad de vidas a los miles de habitantes que desde el año 1964 de avecindaron en el extremo norte de Iquique.


REFERENCIAS

[1] “Iquique una pilsener en el desierto”, Francisco Pinto Madariaga, Fundación Crear; 1998.

[2] Censo 1952: 39.576 hab./Censo 1960: 50.655 hab. Fuente: Mariano Paz-Soldan, INE, en “Iquique Puerto Mayor”, Sergio González M., 1995.

[3] “Breve historia de la Norte Hospital: De población emergencia a modelo de vida comunitaria”, Aníbal Valenzuela Sepúlveda, Revista Tarapacá Insitu, 2019. 

[4] Censo 1952: 39.576 hab./ Censo 1960: 50.655 hab. Fuente: Mariano Paz-Soldan, INE, en “Iquique Puerto Mayor”, Sergio González M., 1995.

[5] Luis Jaspard fue el intendente de la provincia de Tarapacá durante la presidencia de Eduardo Frei M. y Jorge Soria Q. el alcalde entre los años 1964 y 1973.

[6] Mónica Naranjo, agente pastoral de la comunidad católica Pablo VI en “Diagnostico Jorge Inostrosa”, Aníbal Valenzuela S., 2010.

[7] Sin embargo, por un error, en el actual estandarte de la “Junta Vecinal N° 4 Jorge Inostroza”, se lee: Fundada el 2-6-1965.

[8] Leokán Jaramillo (primer presidente Junta de Vecinos) en “Del Chumbeque a la Zofri”, Bernardo Guerrero Jiménez, Iquique, Chile, 1990

[9] Pablo VI fue Papa entre los años 1963 y 1978.

[10] Fundado el 27 de abril de 1966


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