EL FUTURO TRAS EL CORONAVIRUS

Todos queremos volver a la normalidad cuanto antes. Pero parece que la mayoría de nosotros todavía no somos conscientes de que nada volverá a la normalidad después de unas semanas, ni siquiera de unos meses. Algunas cosas nunca volverán a ser como antes.

Actualidad14/06/2020
Barco en mar de palabras
Foto: Reinaldo Berríos

Info: extractada de la revista MIT Technology Review

Científicos de todo el mundo intentan visualizar el escenario post coronavirus y, hasta ahora, todos coinciden en que el “estilo de vida que conocíamos no va a volver nunca”. Para Gideon Lichfield, en artículo publicado en forma reciente, “para detener la pandemia de coronavirus (COVID-19) debemos cambiar drásticamente nuestra forma de hacer casi todo lo que hacemos: cómo trabajamos, hacemos deporte, salimos, compramos, controlamos nuestra salud, educamos a nuestros hijos y cuidamos a los miembros de la familia”.

Básicamente, dice Antonio Regalado, “existen tres formas de detener la enfermedad del coronavirus (COVID-19) para siempre. La primera implica restricciones extraordinarias sobre la libertad de movimiento y reuniones, acompañada de pruebas masivas para cortar su transmisión por completo. Pero ahora que el virus se encuentra en más de 100 países, eso podría resultar imposible. La segunda forma consiste en desarrollar una vacuna, pero eso requerirá algo de tiempo y no se espera que llegue ninguna, como pronto, hasta 2021”.

“Todas las naciones deben imponer el aislamiento social para frenar la propagación del virus y (así lograr) que el número de personas enfermas no provoque un colapso de los sistemas sanitarios”.

La tercera, agrega, “podría ser la más efectiva, aunque también la más horrible: esperar a que haya una cantidad suficiente de personas infectadas. Si el coronavirus continúa propagándose, muchas personas se infectarán y (si sobreviven) desarrollarán inmunidad, lo que hará que el brote desaparezca por sí solo, ya que el germen tendría cada vez más dificultades para encontrar un huésped vulnerable. Este fenómeno se conoce como inmunidad de grupo o colectiva”.

La propagación amplia e imparable del coronavirus es, precisamente, el resultado que los expertos prevén como el peor escenario. Armados con todo lo que saben sobre el virus en este momento, creen que la pandemia podría acabar infectando a aproximadamente al 60 % de la población mundial, incluso en un solo año. Esas cifras no son aleatorias. Se basan en el punto en el que los epidemiólogos creen que debería surgir la inmunidad colectiva para este virus en particular.

Para Gideon Lichfield, “la mejor estrategia para frenar la pandemia de coronavirus requiere que nos confinemos durante dos de cada tres meses, según un modelo del Imperial College de Londres. Y el mes que podamos salir, las normas sociales deberán cambiar drásticamente, algo que afectará principalmente a los más vulnerables”. Más adelante, agrega, “todos queremos volver a la normalidad cuanto antes. Pero parece que la mayoría de nosotros todavía no somos conscientes de que nada volverá a la normalidad después de unas semanas, ni siquiera de unos meses. Algunas cosas nunca volverán a ser como antes”.

Aunque por fin se ha alcanzado un consenso generalizado sobre que cada país debe “aplanar la curva”, todas las naciones deben imponer el aislamiento social para frenar la propagación del virus y que el número de personas enfermas no provoque un colapso de los sistemas sanitarios. “Eso significa que la pandemia debe avanzar a un ritmo más lento hasta que suficientes personas se hayan contagiado para lograr la inmunidad de grupo (suponiendo que la inmunidad dure años, algo que aún no sabemos) o hasta que se descubra una vacuna (algo que no pasará como pronto hasta 2021, si es que llega)”.

Antonio Regalado, señala que “la propagación amplia e imparable del coronavirus es, precisamente, el resultado que los expertos prevén como el peor escenario. Armados con todo lo que saben sobre el virus en este momento, creen que la pandemia podría acabar infectando a aproximadamente al 60 % de la población mundial, incluso en un solo año. Esas cifras no son aleatorias. Se basan en el punto en el que los epidemiólogos creen que debería surgir la inmunidad colectiva para este virus en particular”.

“Mientras haya una sola persona en el mundo con el virus, los brotes pueden y seguirán ocurriendo si (no se imponen) controles estrictos para contenerlos”.

La idea de la inmunidad de grupo apareció en los medios la semana pasada después de que el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, indicara que la estrategia oficial del país consistirá en mantener la templanza y dejar que la enfermedad siga su curso. El principal asesor científico del Gobierno de Reino Unido, Patrick Vallance, afirmó que el país tendría que “desarrollar algún tipo de inmunidad colectiva para que más personas se vuelvan inmunes a esta enfermedad y reducir la transmisión”.

¿Cuánto tiempo se necesita para lograrlo y cuán severas deben ser las restricciones sociales? Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, señalaba -antes de adoptar medidas drásticas- que “con algunas semanas de acción concreta, podremos solucionarlo rápidamente”. En China, después de seis semanas de encierro, el contagio empezó a disminuir y el número de nuevos casos cayó en picada.

Mientras haya una sola persona en el mundo con el virus, dice Gideon Lichfield, “los brotes pueden y seguirán ocurriendo sin controles estrictos para contenerlos. En un reciente informe, los investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) propusieron una forma de actuación: imponer medidas de alejamiento social más extremas cada vez que los ingresos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) empiezan a aumentar, y suavizarlas al reducirse la cantidad de las personas ingresadas. Según este modelo, los investigadores concluyen que el aislamiento social y el cierre de escuelas deberían producirse aproximadamente dos tercios del tiempo, es decir, dos meses sí y uno no, hasta que haya una vacuna disponible, algo que no se espera, como mínimo hasta dentro de 18 meses”.


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