Quienes compartimos la idea de mayor autonomía regional tenemos certeza que poner en marcha un nuevo país requiere pensamiento positivo y un cambio cultural. Pero también, y por encima de todo, tenemos la convicción de que no podemos alejarnos de un riguroso análisis de las circunstancias políticas y económicas actuales y sus tendencias, dado la complejidad adicional del reseteo.
Tras casi dos años, la nueva rectoría de la Universidad Arturo Prat marcará el cambio de rumbo de su gestión, anunciando nuevos proyectos en consonancia con su preocupación mayor, el vínculo entre “conocimiento y territorio”.
Ante los hechos suscitados en las últimas semanas en nuestra ciudad y que dan cuenta del drama de los inmigrantes venezolanos, principalmente, han sido muchos los profesionales y organizaciones que han ideado distintas formas de ayuda para paliar, en parte, el problema. La siguiente es una propuesta que nace desde la arquitectura y que toma como ejemplo algunas experiencias realizadas en países que también han debido sortear esta oleada migratoria que recorre a Latinoamérica.
“El abandono institucional y estatal que viven dichas localidades muestra cómo la exclusión no sólo se vive entre la capital y las regiones del país, sino también dentro de las mismas comunas. En consecuencia, el borde costero ha sufrido una constante indiferencia, que se observa en la realidad de cientos de viviendas y barrios construidos por los habitantes locales, que actualmente son definidos por las autoridades como “ilegales”, estado que los mantiene sin acceso a la red pública de agua potable, alcantarillado y electrificación”.
Tras la firma de un convenio entre SQM, CONAF y la Asociación Indígena Campesina Aymara de la Pampa del Tamarugal, se dio inicio a la construcción del centro productivo de alfalfa que les permitirá a los ganaderos disponer de 30 hectáreas de forraje para alimentar a su ganado, quienes fortalecerán la ganadería local y potenciar su economía familiar.
La iniciativa busca generar un polo de desarrollo en torno a la producción del fruto y a su vez, rescatar las especies endémicas locales. Al inicio del 2022 se espera tener la primera producción.
Cientos de organizaciones, dirigentes y científicos vinculados al sector pesquero de nuestro país, elaboraron una propuesta para desarrollar un nuevo modelo de desarrollo pesquero en la Nueva Constitución. El documento aborda un diagnóstico de la situación que se vive actualmente en el país y después propone una serie de medidas, algunas urgentes y otras de mediano plazo, hasta concluir con los planteamientos para la nueva Carta Magna.
La crisis de legitimidad de las instituciones políticas requiere de nuevas formas descentralizadas más cerca de los ciudadanos. El estancamiento de la productividad y el crecimiento deberá superarse con nuevos paradigmas estratégicos y el compromiso de todos: un desarrollo de abajo hacia arriba, o como dijera el tantas veces citado maestro catalán Joan Prats: “Chile será descentralizado, o no será desarrollado” (Temuco, 2009).
Un biólogo marino, que renunció al traje de hombre rana por el momento, se convirtió en uno de los pioneros en el cultivo hidropónico de nuestra región. Aunque sueña, alguna vez, con hacer acuicultura en el desierto, por ahora lo suyo es la agricultura. Pero no cualquiera: una con valor agregado. Que reivindica las fortalezas del clima árido, más allá de los prejuicios.
Ni la electricidad, ni el agua, ni el transporte habrían podido asumir un aumento de la demanda tan enorme como el que está viviendo la red. Pero en lugar de colapsar, los servicios y proveedores están expandiéndose más rápido que nunca con cambios que probablemente se mantendrán vigentes cuando todo esto acabe.
Soñar con un desierto pintado de verde. En eso están los agricultores de Tarapacá desde hace décadas. Y, aunque ha habido avances notables en los últimos años, ahora surge una nueva alternativa de la mano de las palmeras. Pero no de cualquiera. De palmeras datileras, que podrían generar un nuevo eje productivo regional. La Seremi de Agricultura y la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, del ministerio de Agricultura, están haciendo la apuesta.
La alerta se viene dando desde hace varios años. Se ha dicho hasta el cansancio que están en peligro, que los plaguicidas las están matando en todo el mundo y que, de no cambiar nuestra forma de hacer agricultura, podríamos quedarnos sin abejas. En Pica, una pareja de jóvenes entusiastas quiere ayudar a revertir esta situación: hacen Apicultura, producen miel y están disponibles para enseñar el proceso a todos quienes lo deseen. Veamos.